viernes, 12 de septiembre de 2014

Antonio Trapiello (1.953) Las Armas y las letras (2.010)


Magnífica portada de esta edición
Me lo recomienda Eduardo fervientemente, y acierta con la recomendación.

Una recopilación crítica de los escritores e intelectuales marcados por los límites que van del 18 de julio de 1.936 al 1 de abril de 1.939. Sus obras, sus actos, sus miedos, sus posicionamientos, y sus circunstancias. Trapiello trata de juzgar de manera imparcial a los poetas, novelistas, ensayistas, y periodistas que vivieron aquellos momentos críticos en los que todos ellos vieron sus vidas y las de sus familias condicionadas por la herida que representó una guerra civil tan cruenta. Para mi gusto lo consigue. Impresiona el conocimiento que tiene Trapiello de estos intelectuales y lo exhaustivo de su análisis; no se deja a nadie en el tintero.

Antonio y Manuel Machado,
uno a caao lado de la trinchera
Esta edición de 2.010 es la tercera y está revisada y aumentada, con muchas fotografías y muchas portadas de libros y con una lista exhaustiva de  “Las personas del drama”. Están todos los que fueron alguien en aquellos tiempos, incluidos los extranjeros que vivieron la Guerra Civil. Para ser exactos 227 personas, algunas de ellas desconocidas para mí.

Dice:

 “De algunos escritores quedan sus obras, de otros sus vidas o sus muertes, pero solo de unos pocos nos sobrecoge el testimonio de su obra, de su vida y de su muerte: Federico García Lorca, Antonio Machado y Miguel Hernández.”

Defiende también las posturas de Unamuno y de Juan Ramón Jiménez.

Es terrible el vacío que impuso la dictadura a los intelectuales republicanos y a algunos de los sublevados. La sociedad española se quedó huérfana de las obras de muchos de ellos durante demasiados años.


Muy recomendable para los interesados en el tema y en la Guerra Civil en general. Para estos le pongo **** 1/2

domingo, 7 de septiembre de 2014

Hyperion, de Dan Simmons (1989)

Muy recomendable novela de ciencia ficción que he leído este verano siguiendo el consejo de mi amigo Nano. Publicada en 1989, ganó el premio Hugo en 1990. Este premio es la referencia para los amantes del género y lo han ganado casi todos los grandes: Asimov, Arthur C. Clarke, Frank Herbert y el visionario Orson Scott Card. Simmons, autor desconocido para mi y del que jamás había oído hablar, resulta que está a la altura de todos estos monstruos.

Simmons nos sitúa en un futuro en torno al año 2700, después de la Hégira o abandono de la Tierra, que ha sido destruida por un experimento científico. El ser humano ha poblado cientos de nuevos planetas y se comunica y se desplaza cómodamente por todos ellos mediante unos sistemas creados de la mano de las Inteligencias Artificiales, programas de ordenador que hace ya 400 años se han declarado independientes de la Hegemonía del Hombre y habitan en una suerte de nube de datos (la Dataesfera), gobernados por el Tecnonúcleo. Los lectores de sci-fi estarán relamiéndose y los que no, a estas alturas habrán perdido todo interés en el libro.

La novela está narrada con una estructura similar a los Cuentos de Canterbury, y consta de varias historias cortas que son las que van contando los 7 peregrinos que viajan hacia las Tumbas del Tiempo, en el planeta Hyperion, donde esperan encontrarse con una misteriosa criatura llamada El Alcaudón. Precisamente en la narración es donde Simmons alcanza un nivel superior y consigue que la novela sea mucho más que un guión de película de naves espaciales, marcianos y abundancia de rayos láser. Cada uno de los cuentos pertenece a un género distinto, por ejemplo, el primero podría ser algo de Allan Poe, el quinto es novela negra, el último, una historia de amor. De fondo, hay varios hilos conductores, siendo el más destacado la vida y obra de John Keats, poeta inglés del siglo XVIII. Hay que leerla para entender qué pinta esto último en una novela de ciencia ficción. 

Así, cuento a cuento, el autor nos va desvelando la trama y al mismo tiempo nos explica cómo funciona este universo complejo y sus equilibrios de poder, dejando entrever algo más profundo detrás. Cuando terminas la última página te das cuenta de que en realidad Hyperion, siendo una gran novela, no es más que una presentación de los escenarios y personajes de la segunda parte, La Caída de Hyperion, que es tan buena como la primera y que no puedes evitar leer.

La inversión de horas de lectura merece la pena. La novela, que fue un best seller en su tiempo, no tiene ni una pizca de ese tufo, tan común hoy en día, a producto prefabricado pensado de antemano para la serie de televisión o película de turno (aunque espero que hagan la película o al menos lo intenten). Simmons es sencillamente un friki muy inspirado. Yo le pondría **** para el público en general y ****1/2 para los amantes de la ciencia ficción, que no podéis dejar de leerla.

Tácito (55 - 120). Historias.

(Asís me pide que cuelgue su reseña de este libro)

Cornelio Tácito

Acabo de leer este libro, en el que el gran historiador de Roma  trata de los reinados de Galba, Otón, Vitelio y Vespasiano (alrededor del año 69 de nuestra Era), libro apasionante, que ríete tú de las novelas sobre detectives suecos.

Siguen unos  trozos, escogidos por la lección que representan para la experiencia y la vida:

“Es costumbre del vulgo comparar a los emperadores por su belleza física y su porte”. ¿No os recuerda a las causas de la reciente selección de ciertos líderes políticos?

“Los ejércitos separados por grandes distancias, el mejor remedio para reservar la lealtad de los militares”.

“Convencer a un príncipe de que haga lo que es preciso cuesta mucho esfuerzo y, en cambio, darle la razón, sea cual sea, le ahorra a uno conflictos”, que parece escrito por Pedro Solbes.

“Las noticias de la rebelión germánica llegaban cada día a una ciudadanía propensa a prestar oídos y crédito a cualquier novedad cuando es desagradable”

“No es fácil que los borrachos se pongan de acuerdo”

“Pocos se atrevieron a la peor de las fechorías; muchos la desearon; todos la permitieron”. ¿Roma o España?

“Al crimen la conviene la prisa; a la cordura la paciencia”

“Como suele suceder en las discusiones sin salida, la mejor parecía aquella cuya oportunidad ya había pasado”. Estoy viendo ciertas discusiones conyugales o familiares.

“Todo el mundo le habría considerado un emperador idóneo si no hubiera llegado a serlo”

“El consenso entre malvados es más fácil para la guerra que para la concordia en tiempo de paz”. El mundo, hoy.

“Es enraizada actitud humana la de secundar con presteza lo que nadie se atreve a emprender”

“Al final terminaron a la greña reprochándose mutuamente crímenes y escándalos, ambos con razón”. Parece sacado de las relaciones internas en el bipartido.

“El poder nunca se siente seguro cuando es excesivo”

“Las ciudades conquistadas eran botín para los soldados, las que capitulaban pertenecían a los oficiales”

“Se les concedió la ciudadanía romana, pero conservaban la dejadez e indisciplina de los griegos”. Toma xenofobia.

“Trocaron en favor de Vespasiano las Galias e Hispania, la parte más poderosa del mundo”

“Se prohibieron los rumores entre la ciudadanía, con lo cual aumentaron”. ¿Roma o La España de Franco?

“La paz y la concordia interesan a los vencidos; a los vencedores solo les adornan”

“La libertad es un don que la naturaleza otorga incluso a los animales sin conciencia, pero el bien que distingue a los humanos es la valentía”

Ahora un poco de adulación para los vascos. “Se volvieron las tornas del combate. Galba había reclutado unas cohortes de vascones.....Se acercaron al campamento provocando un pánico sin proporción con su número”. Frase del Gran Capitán después de la brutalidad con la que sus mercenarios vascos tomaron Corfú: “Más quisiera ser yo leonero que tener cargo entre estas gentes”
“Después de un mal príncipe, el mejor día es el primero”

“A unos se les da de baja en represalia, pero selectiva e individualmente, el remedio más seguro para debilitar a una multitud concertada”

“El motivo de los germanos para invadir las Galias será siempre el mismo: antojo, codicia y apoderarse de vosotros junto con esta fertilísima tierra vuestra”

“Ni puede haber seguridad para los pueblos sin armas, ni armas sin salarios, ni salarios sin impuestos”

Para quien desee la vuelta a los clásicos, recomiendo iniciarla por este libro, los “Anales”, del mismo autor, y “El Príncipe”,  de Machiavelo.


Un abrazo Asís  

martes, 2 de septiembre de 2014

El jilguero (2013) de Donna Tartt (1963)


Donna Tartt es una autora singular, que a contracorriente de los usos editoriales americanos ha publicado solo tres libros en los últimos 20 años. Leí en 1993 su primera novela El secreto y me gustó; en 2003 publicó Juego de niños, que no he leído y el año pasado El Jilguero, con excelente acogida de crítica y público, recibiendo varios premios entre ellos el Pulitzer, considerado el más importante de USA.

Theo Decker, de trece años, ha sido expulsado del colegio y acompañado de su madre debe ir a una entrevista con la dirección del centro.
Una fuerte lluvia les obliga a refugiarse en el Met, donde tienen la oportunidad de ver el pequeño cuadro el Jilguero, del pintor holandés Fabritius, discípulo de Rembrandt y maestro de Vermeer, para la madre su primer amor en pintura.
Esta deja a Theo en la sala con un anciano y una niña pelirroja.
Se produce un atentado terrorista con bomba y en la confusión el anciano, agonizante, le pide que rescate el cuadro de entre los cascotes y le entrega un anillo.
Theo busca a su madre, y al no encontrarla huye con la pintura.
Más tarde sabrá que ella también ha fallecido.

Así arranca la historia, a ratos policíaca, de este huérfano que a lo largo de quince años, como un héroe de Dickens, conocerá varios hogares y ciudades y curiosos personajes. Pero, Theo no es un joven inocente, sino que oscila ambiguamente, entre lo puro y bueno y lo turbio y malo. Esta lucha se mantendrá a lo largo de la novela, o de las novelas ya que las cinco partes en que está dividida son otras tantas novelas: las más con excelente ritmo, aunque alguna sea algo lenta.

Algo asusta el tonelaje de un libro, si bien confieso haber disfrutado con muchos grandes mamotretos aun teniendo la pega, como dice Stephen King refiriéndose a una crítica de Jack Beatty, que hay que ser cuidadoso y evitar que el libro pueda caerte en un pié y hacerte una avería. En este caso el libro tiene 1152 páginas, pero su gran capacidad de seducción mantiene tu interés hasta la última página.

Le he puesto XXXX

Rafa

Un dedo en los labios de José Jiménez Lozano

Os voy a comentar un libro  de historias breves. Quizá sea algún síndrome infantil, pero los cuento siempre me han encantado. Creo que hay tener un gran oficio para poder encandilar al lector en tan solo unas páginas. No tienes margen de error, si te desvías un milímetro, si titubeas, el relato se te va de las manos. 
Jiménez Lozano es un escritor conocido, aunque quizá no tanto como sus paisanos Umbral y Delibes. Entre otros premios, en 2002 recibió el Cervantes. Hoy vive retirado en su casa refugio de Alcazarén, un pueblecito, cercano a Valladolid, de 715 habitantes. Lo comento, porque ha llegado a mis oídos la vocación eremita de algunos de los lectores del blog. Así que ¡!ánimo!!



Volviendo al libro, os tengo que confesar que la referencia la saqué del número 1.000 de Babelia, en el que los críticos valoraban los mejores libros que habían aparecido en el Suplemento. Creo que acertaron, los cuentos de Jiménez Lozano son preciosos. El tema son las mujeres: leyendas bíblicas, trabajadoras, heroicas, silenciosas, sufridoras. A su modo, es un homenaje a la mujer a través de retratos de mujeres concretas. Todo ello en una prosa austera, pero llena de matices. Muy bien escrita. Da gusto leer -sin traductores- a un escritor en la lengua de Cervantes; del que, por cierto, Jiménez Lozano es un devoto admirador.

Me ha llamado la atención que en sus historias no aparezca alguna en que la mujer sea ese objeto de deseo que ha hecho que la especie humana llegue hasta nuestros días. Las mujeres de Jiménez Lozano son portadoras de toda clase de cualidades, pero no despiertan pasiones.
  
Aun así, es un buen libro. Por desgracia, está descatalogado. Le doy ****


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