Nadie duda que Bernardo Atxaga escribe muy bien: Obabakoak, El hombre solo y Esos cielos, son estupendas, sin embargo tanto El hijo del acordeonista como esta última no alcanzan el nivel de las primeras.
Siete casas en Francia podía haber sido como un esperpento valleinclanesco sobre "la lujuria, la avaricia y la muerte", pero se queda en un cuento "semirrealista" de unos soldados belgas en el Congo a principios del siglo XX que son avariciosos, lujuriosos y criminales y que también podrían ser más absurdos, pero Atxaga no lo permite, y sólo el viejo león en la última frase del libro nos muestra el tono que podría haber tenido el libro.
Tiene 255 pag. y se lee facil. Le he puesto xxx1/2 y está a vuestra disposición.
Rafa
1 comentario:
En una entrevista que le hicieron en Canal + ya me pareció que el libro podría pecar de intencionalidad, pues el argumento pone en evidencia los vicios de los paises colonizadores.
Me gustaron Obabakoak y unos poemas suyos.
También me encantó su visión del País Vasco en la película de Medem. Decía que a él le gustaría que el país vasco no fuera una agrupación de islas, euskalherria, sino una agrupación de ciudades, euskalhiria, en uno de cuyos barrios pudiese vivir con su familia y con otros vascoparlantes.
Un abrazo.
Diego
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