Isaiah Berlin, ilustre
pensador, que interviene como personaje real en la acción de este libro, dice:
Leo a diario y cada día me doy
cuenta de que me falta todo por leer. Y a veces necesito releer, aunque sólo lo
que merece el privilegio de la relectura. ¿Y qué es merecedor de ese
privilegio? – preguntó Bernat. – La capacidad de fascinar al lector; de
admirarlo por la inteligencia que contiene o por la belleza que genera. Aunque
con la relectura, por su naturaleza, siempre entramos en contradicción. Un
libro que no merece ser releído tampoco merece ser leído. Pero antes de leerlo
no sabíamos que merecería la relectura. La vida es así de cruel.
La
lectura de este libro tiene algo de esa crueldad, su extensión, más de 850
páginas, nos obliga a superar muchos personajes esquemáticos y los habituales
clichés del mal para llegar a disfrutar de momentos verdaderamente extraordinarios.
Es
también un libro ambicioso, que nos quiere contar muchas cosas: la infancia y
juventud de Adriá en la Cataluña de la
postguerra. Su ilusión y vocación por saber; la lucha con sus padres, sobre todo
con su terrible padre; su madurez, y finalmente su declive. También la hermosa
historia de amor de éste con Sara, joven pintora de origen judío. La amistad
con el maravilloso y contradictorio Bernat, virtuoso violinista, excelencia que
rechaza y sustituye por un constante pero frustrado deseo de ser un consagrado escritor.
Nos habla también del arte y el mal, muchas veces íntimamente unidos (El arte es inexplicable, como mucho, podemos
decir que es una muestra de amor que da el artista a la humanidad, dice un
oficial alemán de un campo de concentración)
y también la historia de algo que también genera belleza y horror: un violín.
Quiero decirte una cosa que me
obsesiona, querida mía, después de pasarme la vida intentando reflexionar sobre
la historia cultural de la humanidad y tocar bien un instrumento que no se deja
tocar, quiero decirte que somos, todos nosotros, nosotros y nuestros afectos,
una pputa casualidad. Y que los hechos se entrelazan con los actos y los
sucesos; y las personas chocamos, nos encontramos o nos desconocemos y nos
pasamos por alto también por casualidad. El azar lo es todo; o quizá nada es
azaroso, sino que está ya dibujado. No sé con qué afirmación quedarme porque
ambas son ciertas.
Pasado y presente (600 años
de historia europea) se juntan en el relato que pasa de uno a otro sin cortes y
únicamente contando con la inteligencia del lector para superar esa dificultad.
Lo mismo puede decirse del paso, sin discontinuidad, de narrar en primera
persona a narrar en tercera, complementando el punto de vista.
La gestación de este libro
ha sido larga, más de 8 años y es posible que haya sido la causa de algunas
repeticiones y fallas en el ritmo de la historia.
Este autor, para mí
desconocido hasta ahora, tiene una larga experiencia literaria: novela, teatro
y ensayo y ha sido publicado en más de quince países, habiendo obtenido un gran
éxito de ventas en Alemania.
La
califico con xxx3/4 y está a vuestra disposición.
Rafa
2 comentarios:
Otro autor que no conozco aunque por lo que has contado tendré que ponerle en mi lista de espera.
Se acercan las navidades, lo que nos ofrece la posibilidad de regalar a nuestros parientes libros que podemos de paso pedir prestados. Es lo que pienso hacer. Pronto.
Sobre el azar, el biólogo francés Jacques-Lucien Monod escribió en los años sesenta un best-seller, "El azar y la necesidad", en el que trataba de los modos en que cambian los seres vivos cada vez que se reproducen. Un libro que en su día me enajenó y que, como comentas quizás merezca la pena ser leído de nuevo.
Rafa, como te acabo de comentar por teléfono, había hecho una entrada en el blog sobre este mismo libro hasta que me he dado cuenta y la he borrado.
El libro me ha parecido muy pretencioso y muy largo. El autor no ha conseguido meterme en la historia no emocionarme mucho ni hacerme reflexionar. Dicho esto, escribe con corrección.
Quizás sea una lectura para los amantes de los tochos (¡más de 800 páginas!)y para leer en las vacaciones de verano.
Un abrazo.
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