sábado, 19 de marzo de 2011

Némesis de Philip Roth


El caso de este autor recuerda el de Woody Allen que haciendo honor a la laboriosidad judía, todos los años nos sorprende con una nueva obra, situada en Nueva York o Newark, su ciudad natal.
Hasta aquí las semejanzas, ya que mientras uno hace gala de un delicioso sentido del humor, el otro, libro a libro, y cada vez con mayor afán, nos lleva por los caminos del dolor y de la muerte.
Philip Roth, merecido aspirante al Nobel, ha escrito extensas y extraordinarias obras como: Pastoral americana o La mancha humana, sin embargo sus libros recientes: El animal moribundo, Elegía, Sale el espectro, Indignación, La humillación, y esta que nos ocupa apenas superan las doscientas páginas.
Su escritura se hace cada vez más sencilla y clara, sin que la estructura narrativa, en ocasiones compleja, frene su fluidez.
El título de la obra hace referencia a la diosa que personifica la idea de la venganza, y creo que en efecto, el libro nos cuenta una tragedia en el más clásico significado del término.

Es el verano de 1944, penúltimo de la II Guerra Mundial. y los habitantes de Newark empiezan a padecer una terrible epidemia de Poliomelitis (parálisis infantil), que ese año afectará a más de 19.000 personas en los Estados Unidos, y en muchos casos será mortal.

Sobre el tema de las plagas, el efecto que causan en las personas y la sociedad donde viven hay en la literatura dos grandes libros: El año de la Peste de Daniel Defoe (autor de Robinson Crusoe) y La peste de Marcel Camus.

La obra que comentamos no desmerece con las obras citadas y como ellas aborda la desconfianza en el prójimo, el temor al contagio, la incertidumbre, el dolor, la generosidad y la incomprensión de la indiferencia de Dios ante la angustia humana.

El protagonista es un joven de 23 años, leal y gran persona, que sufre la frustración de no poder estar con sus compatriotas en el frente, debido a su acusada miopía, y trabaja como profesor de educación física en un colegio de jóvenes . . .

Excuso seguir contando la historia, pues creo es mejor que su disfrute o padecimiento provenga de su lectura y no de un pobre resumen.

Le califico con xxxx
Un abrazo, Rafa

viernes, 18 de marzo de 2011

SAKI(1.870-1.916) y Millás(1.946), dos formas de hacer humor.

Acabo de leer "Animales y más animales (1.914)" de SAKI autor a quien no conocía ni de oídas y que ha editado este año "Valdemar", y “Lo que sé de los hombrecillos” de Juan José Millás editado por Seix Barral.



Dos formas distintas de hacer humor, Millás desde la fantasia de un solo relato, y SAKI desde 36 relatos muy divertidos de la época eduardiana. Quizás escogí a este último por el comentario positivo que hizo Rafa de "Pigs have wings" de Wodehouse, autor en el que influyó SAKI según Wikipedia. Me confirmó luego Rafa que ya conocía a SAKI y que le parecía un buen escritor. Ciertamente.


Dice Tom Sharpe, autor del mítico "Wilt", respecto a SAKI:  «Si empiezas un relato de Saki, lo terminarás. Cuando lo hayas terminado, querrás empezar otro; y cuando los hayas leído todos, jamás los olvidarás». A mí desde luego me ha encantado su humor muy británico y que, amén de la distancia en el tiempo y de las costumbres de los personajes millonarios que retrata, sigue vivo.


No así Millás que hace una novelita de 185 páginas que deja mucho que desear. Escribe en primera persona pero el protagonista es un ser extraño a la especie. Mucha fantasía desaprovechada.

miércoles, 9 de marzo de 2011

1Q84 de Haruki Murakami


Estamos también ante una trilogía, de la que este libro de 737 páginas, reune sus dos primeras partes. y que próximamente Tusquets completará con la edición de la tercera.

El nombre representa la alegoría de un mundo controlado, como lo fue el de Orwell, pero al mismo tiempo es otro, que coexiste con el primero y cuya extraña representación se basa en el equívoco que en japonés 1Q84 se pronuncia de igual forma que 1984.

Cada libro consta de 24 capítulos (según el crítico Andrés Ibañez corresponden a los 24 preludios y fugas del Clavecín bien temperado de Bach) donde se cuenta alternativamente la historia de Aomame, joven agraciada de 30 años que trabaja en un gimnasio y también , siguiendo instrucciones de una anciana que financia una fundación de ayuda a mujeres torturadas, ejecuta a los presuntos causantes de dichas torturas; y Tengo, joven de la misma edad, profesor de matemáticas en una academia y esforzado aspirante a escritor al que un amigo suyo, editor poco escrupuloso, propone pulir un texto algo basto, pero muy original, que ha recibido de una joven de 17 años, para presentarlo a un concurso.

Murakami escribe dos tipos de libros, los que se desarrollan en un mundo normal y los que los acontecimientos superan la lógica de lo habitual y se entra en mundos, como en esta novela, donde lo real e irreal se funden con total naturalidad.

Creo que este libro, que se sigue con sumo interés, y es rico en momentos mágicos a los que se llega con aparente sencillez, pero que a no dudar se deben a la innegable maestría de este autor, que mezcla con soltura los resortes de novela policíaca, de ciencia-ficción y clásica.

Le he puesto xxxx , y está a vuestra disposición.
Rafa

jueves, 3 de marzo de 2011

A Song of Ice and Fire

Desde verano llevo sumido en una crisis provocada fundamentalmente por una época de mucho trabajo en la que me he sentido sin fuerzas para leer nada serio, y en menor medida por mi intento de salir de la misma por vía de Vasili Grossman y su "Vida y Destino". El libro me estaba entusiasmando pero me costaba demasiado seguirlo en los pocos ratos que he podido liberar para la lectura así que, agotado física y moralmente, lo dejé aparcado y me tiré a algo más fácil.

A los que, como yo, hemos crecido como lectores de la mano de la literatura fantástica, cuya obra culmen es el Señor de los Anillos, nos pasa que al volver a leer novelas de este género que en la adolescencia nos entusiasmaron, las encontramos infantiles y de poca calidad literaria. Sin embargo, me habían hablado muy bien de un tal George R.R. Martin (su propio nombre ya es homenaje al gran J.R.R. Tolkien) y de su obra "Canción de Hielo y Fuego" que consta de 7 volúmenes de los cuales ha escrito 4 y un quinto está a punto de salir.

Tengo que reconocer que, pese a ser literatura facilona y de miras muy bajas, me entretuvieron los dos primeros. Es una especie de telenovela por capítulos (de hecho en EEUU estrenan ahora una serie basada en el primer libro que tiene buena pinta), con cientos de personajes y, como todo lo que se ha escrito en este género desde Tolkien, recuerda un poco a la obra de este. Un mundo medieval que podría ser Inglaterra, viajes por tierras lejanas, reinos en guerra, caballeros por doquier, algo de magia, un monstruo aquí y allá, pero sin abusar...

Se supone que está orientada al público adulto, y para ello introduce algunos pasajes subidos de tono (aunque en el fondo muy aligerados) y bastante violencia y crudeza, muy del medioevo, aunque al final no consigue pasar del entretenimiento para jóvenes lectores o friquis de Dragones y Mazmorras nostálgicos del género (como yo). A algunos lectores del blog como Lobo les puede gustar, a los demás no os lo recomiendo.

Espero recuperarme pronto de la crisis y ponerme con Ishiguro y otra joyas recomendadas en este blog que tengo en la mesilla y en el iPad...

miércoles, 2 de marzo de 2011

Un libro narcisista. “Bartleby y compañía” de Vila–Matas


Un libro narcisista. “Bartleby y compañía” de Vila–Matas trata sobre todo lo que inventan algunos escritores para no tener que escribir. Como el mismo autor confiesa, es un libro hecho a base de notas a pie de página. Resulta un poco artificioso, pero está magníficamente escrito y tiene un punto de ironía que me gusta. En cualquier caso, no es una novela (¿) para recomendar a todo el mundo, sólo a aquellos que están dispuestos a pasar una tarde en casa divirtiéndose con un buen libro. Para que os hagáis una idea de que va os cuento una de las anécdotas. “Cuando un día alguien preguntó a Juan Rulfo, autor de “Pedro Páramo”, señor Rulfo, ¿por qué lleva tantos años sin escribir nada? Rulfo contestó, es que se me murió el tío Celerino, que era el que me contaba las historias”. A los participantes de este blog nos pasa un poco como a Juan Rulfo, se nos ha muerto el tío Celerino y por eso escribimos poco.