jueves, 12 de enero de 2012

El mapa y el territorio (2010) de Michel Houellebecq (1958)


Escritor francés de gran prestigio gana con esta su quinta novela el Premio Goncourt de 2010, y nada más recibirlo surge una polémica acusación de plagio por la utilización, sin cambiar una coma, de documentación procedente de Wikipedia.

He seguido con gran interés todas sus novelas: Ampliación del campo de batalla (1994), Las partículas elementales (1998), Plataforma (2001), La posibilidad de una isla (2005).

En general es pesimista, y a veces todo lo contrario. Parece rechazar muchos iconos de nuestra cultura. Le interesan temas que parecen extraídos de magacines o wikipedias ( restaurantes, hoteles, automóviles alemanes y coreanos etc.). Es a menudo provocativo describiendo escenas eróticas. Habla de arte, filosofía, religión, política y de cualquier cosa con amenidad. Su crítica al mundo que vivimos y su hipótesis de un futuro posible creo es inteligente y acertada.

La novela nos cuenta desde un futuro próximo, la vida de varios personajes: Jed Martin, pintor, protagonista del libro; su padre, arquitecto de balnearios; Olga, hermosa directiva de Michelin y Michel Houellebecq, escritor. Los personajes son consistentes y creo que hay mucho talento puesto al servicio de una historia que se lee muy bien y cuyo desarrollo sorprendente no quiero desvelar.

He extraído un par de párrafos de este libro, que pueden servir de orientación:
 
… un bello producto, un producto moderno; puede usted amarlo. Pero debe saber que dentro de un año, dos a lo sumo, será reemplazado por otro nuevo, de características supuestamente mejoradas.
También nosotros somos productos, productos culturales. Nosotros también llegaremos a la obsolescencia. El funcionamiento del mecanismo es idéntico, con la salvedad de que no existe, en general, mejora técnica o funcional evidente; sólo subsiste la exigencia de novedad en estado puro.

“No hay que buscarle sentido a lo que no tiene ninguno”, coincidiendo así, sin ser plenamente consciente, con la conclusión del Tractatus de Wittgenstein, “De lo que no puedo hablar tengo la obligación de callarme”.

Le  he puesto xxxx

Rafa

3 comentarios:

Diego dijo...

Leo en Wikipedia que los críticos de toda la vida le critican su forma de escribir plana tipo la Wikipedia mencionada o las revistas y semanarios populares.

Me lo apunto en la lista que trato de ir reduciendo. Estoy como Sísifo con su maldita piedra. Cada vez que quito uno de la lista llegan otros dos.

Paciencia.

Diego dijo...

Leo en Wikipedia que los críticos de toda la vida le critican su forma de escribir plana tipo la Wikipedia mencionada o las revistas y semanarios populares.

Me lo apunto en la lista que trato de ir reduciendo. Estoy como Sísifo con su maldita piedra. Cada vez que quito uno de la lista llegan otros dos.

Paciencia.

Diego dijo...

Este relato me ha resultado muy entretenido e interesante. El autor destila a menudo ácido por lo menos cítrico en su crítica a la sociedad moderna y tiene la pretensión de entender el papel del hombre y de sus actos en este mundo.

El protagonista, Jed Martin, me ha resultado demasiado normal para ser un artista de éxito internacional.

Un abrazo
Diego