Escrito en 1.951, parece ser una compensación a “El lobo estepario” escrito en 1.927. Si en aquel expresaba Hesse el sufrimiento de la soledad del hombre y de su dificultad para admitir a la sociedad y especialmente a la burguesía, aquí se remonta a la India de los tiempos de Buda y nos presenta el camino espiritual que sigue el joven Siddahrta, hijo de un Brahmán.
Un libro que tuvo mucho éxito en los años sesenta y que quizás introdujo el hinduismo y el budismo entre los hippies. Me ha gustado. Tiene una lírica muy especial y un ritmo bueno. Está escrito con una cadencia muy oriental y monótona.
Se descubre en el relato la personalidad de Hesse, que sigue buscándose a sí mismo, a su razón de ser, a su espiritualidad, buscando la perfección. Siempre royendo el hueso que le dio la madre fortuna, hueso que roe en solitario. Siempre la soledad, siempre la trascendencia.
Le pongo **** mientras sigo obsesionado por las miradas que desde la mesa del cuarto de estar me lanza Ana Karenina. "Ten paciencia, hermana"
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