miércoles, 4 de agosto de 2010

Manuscrito encontrado en Zaragoza de Jan Potocki


Acabo de terminar este libro en la excelente edición de Acantilado, que con cronologías y notas casi alcanza las 800 páginas.

No sé qué es más fantástico si el relato, o la vida de este rancio aristócrata polaco (1761-1815) que necesitaba galopar más de 300 kilómetros para recorrer sus propiedades, o la creación del libro, del que escribió y reescribió varias versiones, las más conocidas la de 1804 y la de 1810, terminada poco antes de su muerte en 1815, esta asimismo singular, ya que fué causada por la bola de la tapa de un azucarero de plata usada como proyectil.

El libro se escribe a caballo entre el fin del "Siglo de las Luces" y el inicio del "Romanticismo" y relata las aventuras de Alfonso van Worden, oficial de la guardia Valona que en su viaje a Madrid para ponerse al servicio de Felipe V, debe atravesar Sierra Morena, y con una cierta ironía encontrar, en la aparente plácida España dieciochesca, una pléyade de personajes totalmente heterodoxos: alquimistas, astrólogos, mahometanos, cabalistas, poseídos, bandidos, demonios, gitanos y anacoretas.

La narración sigue el procedimiento del "Decamerón" contando una historia por jornada, aunque se necesiten varias jornadas para completarla. Pero, como dice el geómetra despistado, extrordinario personaje: todas las historias empiezan con una aire muy simple, y uno espera ver muy pronto el final, pero nunca es así: una historia encierra a otra, que contiene una tercera...

La novela parece que fué escrita para el goce de su autor y posiblemente sin intención de publicarse, ya que es respetuosa con judios, moros y cristianos, irónica y admirativa con enciclopedistas, físicos y matemáticos como Diderot, Rousseau, Voltaire, Newton, Leibniz, ...

Los personajes son libertarios, más en la versión de 1804. Hay comentarios bíblicos, curioso el del Génesis del geómetra Velazquez, pasajes oníricos y otros realistas que parecen extraidos de nuestra picaresca. En fin hay de todo.

Lo he leído muy a gusto, aunque pienso puede indigestar a cualquiera. Le he puesto xxxx1/4.

Un abrazo
Rafa

1 comentario:

Diego dijo...

Me pongo a la cola para leerlo. Siempre he tenido afición a los libros de viajes, que ya leía en mi juventud; ¡tan lejana!. Recuerdo los de los franceses que vinieron en el siglo XIX a España, Dumas, Gautier, y los fabulosos de la conquista de América escritos por algunos de sus testigos como Bernal Diaz del Castillo, y Bartolomé de las Casas.
Observo que los blogueros estamos un poco perezosos y leyendo libros de hace algún tiempo. ¿Será porque lo que se publica no es muy apetecible?. Haré un par de entradas con "Dublineses", que me ha gustado, y "El juego de Ender" que ya leí en los 80 y que no me ha decepcionado.
Un abrazo.