jueves, 3 de julio de 2008

La muerte de la Novela

En un reciente artículo del cultural de ABC se hablaba de la novela y su eventual defunción.

"¿Necesita defensa la novela? bien es verdad que durante siglos fue un género menor, un entretenimiento intrascendente. Todavía a comienzos del siglo XX cuenta Pedro Salinas que, en la Biblioteca Nacional de Madrid, solicitó una novela y el empleado le respondió que no se la servía porque allí no se iba a perder el tiempo".

"Sin embargo lo que necesitamos hoy es más bien defendernos de ella. Hoy lo que no es novela no es literatura digna de hacerse un hueco en el escaparate de las librerías".

Este hecho parece estar creando en los lectores un cierto rechazo por la novela debido a la incertidumbre ante la cantidad de oferta y el esfuerzo que supone leer tanta página para obtener un disfrute mínimo.

Yo, sin embargo, creo que la novela es uno de los logros artísticos más originales de la cultura de Occidente y el medio de creación de nuevos mundos más genial que se nos ha dado.

Y después de esta petición a los bloggers a que lean más novelas (si son buenas mejor) os envío
estas poesías ( a mi juicio muy bellas y algo novelescas) de Juan Gelman, Premio Cervantes de este año publicadas en su antología "Otromundo" :

SOBRE LA POESÍA

habría un par de cosas que decir/

que nadie la lee mucho/

que esos nadie son pocos/

que todo el mundo está con el asunto de la crisis mundial/y

que el asunto de comer cada día/se trata

de un asunto importante/recuerdo

cuando murió de hambre el tío juan/

decía que ni se acordaba de comer y que no había problema/


pero el problema fue después/

no había plata para el cajón/

y cuando finalmente pasó el camión municipal a llevárselo

el tío juan parecía un pajarito/


los de la municipalidad lo miraron con desprecio o desdén/

murmuraban

que siempre los están molestando/

que ellos eran hombres y enterraban hombres/y no

pajaritos como el tío juan/especialmente


porque el tío juan estuvo cantando pío-pío todo el viaje hasta el

crematorio municipal/

y a ellos les pareció un irrespeto y estaban muy ofendidos/

y cuando le daban un palmetazo para que callara la boca/

el pío-pío volaba por la cabina del camión y ellos sentían que

les hacía pío-pío en la cabeza/el


tío Juan era así/le gustaba cantar/

y no veía por qué la muerte era motivo para no cantar/

entró al horno cantando pío-pío/salieron sus cenizas y piaron

un rato/

y los compañeros municipales se miraron los zapatos grises de

vergüenza/pero


volviendo a la poesía/

los poetas ahora lo pasan bastante mal/

nadie los lee mucho/esos nadie son pocos/

el oficio perdió prestigio/para un poeta es cada día más difícil


conseguir el amor de una muchacha/

ser candidato a presidente/que algún almacenero te fíe/

que un guerrero haga hazañas para que él las cante/

que un rey le pague cada verso con tres monedas de oro/


y nadie sabe si esto ocurre porque se terminaron las muchachas/

los almaceneros/los guerreros/los reyes/

o simplemente los poetas/

o pasaron las dos cosas y es inútil

romperse la cabeza pensando en la cuestión/


lo lindo es saber que uno puede cantar pío-pío

en las más raras circunstancias/

tío juan después de muerto/yo ahora

para que me quierás/


LLUVIA

hoy llueve mucho, mucho,

y pareciera que están lavando el mundo,

mi vecino de al lado mira la lluvia

y piensa escribir una carta de amor/

una carta a la mujer que vive con él

y le cocina y le lava la ropa y hace el amor con él

y se parece a su sombra/

mi vecino nunca le dice palabras de amor a la mujer/

entra a la casa por la ventana y no por la puerta/

por la puerta se entra a muchos sitios/

al trabajo, al cuartel, a la cárcel,

a todos los edificios del mundo/

pero no al mundo/

ni a la mujer/ ni al alma/

es decir/ a ese cajón o nave o lluvia que llamamos así/

como hoy/ que llueve mucho/

y me cuesta escribir la palabra amor/

porque el amor es una cosa y la palabra amor es otra cosa/

y sólo el alma sabe dónde las dos se encuentran/

y cuándo/y cómo/

pero el alma qué puede explicar/

por eso mi vecino tiene tormentas en la boca/

palabras que naufragan/

palabras que no saben que hay sol porque nacen y mueren la

misma noche en que amó/

y dejan cartas en el pensamiento que él nunca escribirá/

como el silencio que hay entre dos rosas/

o como yo/ que escribo palabras para volver

a mi vecino que mira la lluvia/

a la lluvia/

a mi corazón desterrado/

1 comentario:

Diego dijo...

El problema con las novelas es que, como ya dijimos cuando iniciamos el blog, es que hay muchas pero muy pocas son buenas. Por ello creo que darles nota es un buen sistema para evitar perder el interés.

De acuerdo en que el género es fantástico y todos hemos disfrutado de algunas. Por ejemplo yo he leído unas cuantas veces "La isla del tesoro" y todavía paso miedo.

Muy buenas las poesías de Gelman. La del tio Juan es fenomenal. La gente no lee poesía porque hay demasiados periodistas que dan la tabarra, amén de la que dan la mayoría de los políticos de los que más nos vale defendernos.

Yo estoy en plan vago y vuelvo a Don Quijote, al teatro de Shakespeare, y a los Rubayat de Omar Kheyam, de los que os hablaré pronto.

Diego