Estamos también ante una trilogía, de la que este libro de 737 páginas, reune sus dos primeras partes. y que próximamente Tusquets completará con la edición de la tercera.
El nombre representa la alegoría de un mundo controlado, como lo fue el de Orwell, pero al mismo tiempo es otro, que coexiste con el primero y cuya extraña representación se basa en el equívoco que en japonés 1Q84 se pronuncia de igual forma que 1984.
Cada libro consta de 24 capítulos (según el crítico Andrés Ibañez corresponden a los 24 preludios y fugas del Clavecín bien temperado de Bach) donde se cuenta alternativamente la historia de Aomame, joven agraciada de 30 años que trabaja en un gimnasio y también , siguiendo instrucciones de una anciana que financia una fundación de ayuda a mujeres torturadas, ejecuta a los presuntos causantes de dichas torturas; y Tengo, joven de la misma edad, profesor de matemáticas en una academia y esforzado aspirante a escritor al que un amigo suyo, editor poco escrupuloso, propone pulir un texto algo basto, pero muy original, que ha recibido de una joven de 17 años, para presentarlo a un concurso.
Murakami escribe dos tipos de libros, los que se desarrollan en un mundo normal y los que los acontecimientos superan la lógica de lo habitual y se entra en mundos, como en esta novela, donde lo real e irreal se funden con total naturalidad.
Creo que este libro, que se sigue con sumo interés, y es rico en momentos mágicos a los que se llega con aparente sencillez, pero que a no dudar se deben a la innegable maestría de este autor, que mezcla con soltura los resortes de novela policíaca, de ciencia-ficción y clásica.
Le he puesto xxxx , y está a vuestra disposición.
Rafa
5 comentarios:
Pasa a mi lista de espera. Sabía que algún bloguero lo estaría leyendo pues le han hecho críticas muy buenas en varios foros. Entre ellos la de la sección "Pérgola" del periódico "Bilbao" de marzo 2.011 en la que también hablan de la última novela de Martin Amis, "La viuda embarazada" que edita Anagrama.
Murakami es de los míos.
A mí me costó mucho. Me resultó repetitivo y aburrido, y aunque esperaba que el final diese algo de sentido a la novela, me dejó frío.
Es mi segunda de Murakami después de Tokyo Blues, que sí me gustó, así que creo que tendré que leer una tercera para decidir si me gusta o no este autor.
Acabo de terminar los libros 1 y 2. Me han gustado, aunque creo que no es lo mejor de lo mejor de Murakami.
He leído todo lo publicado en castellano de este autor y dejando a parte Tokio blues, su única novela realista y quizás la mejor; en el universo de Murakami se puede entrar de cabeza leyendo "Crónica del pájaro que da cuerda al mundo". Es muy extensa pero a los fans nos entusiasma.
En cuanto a 1q84, se acaba de publicar el tercer libro y Tusquets me ha decepcionado: solo publica en catalán las versiones digitales de ambos volúmenes.
¡Qué pena de política lingüistica!
Acabo de leer esta novela y mis comentarios son parecidos a los que han hecho el Sr. Lobo y Rafa. Por un lado tengo la sensación de haber leído a un gran escritor capaz de producir atmósferas fantásticas y de ser poético y emocionante, y por otro me he quedado un poco frío con la historia.
Dentro de una historia de soledad que quizás sea representativa de la vida urban en Japón, se esconde una historia de fantasía que tiene un final sin moraleja.
Gracias a Chichita por prestarme el libro del que en general he disfrutado. Un ejemplo de agudeza:
(Habla Ayumi, la mujer policía amiga de Aomame) "Los perpetradores pueden racionalizar sus actos aduciendo cualquier motivo que les convenga y olvidarse después. Pueden apartar la vista de aquello que no pueden ver. Pero las víctimas no pueden olvidar. No pueden mirar hacia otro lado. La memoria se transmite de padres a hijos. El mundo, Aomame, es una lucha eterna entre una memoria y otra memoria opuesta"
Tengo sobre la mesa la tercera parte, que empezaré con poco ánimo ya que no ha tenido buenas críticas.
Cuando leí el libro subrayé tres páginas, una es la que tan adecuadamente citas, de la página 377 sobre la lucha entre memorias.
Un abrazo
Rafa
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