martes, 21 de febrero de 2012

La historia personal de David Copperfield (1848-1850) de Charles Dickens (1812-1870)


Hemos celebrando el pasado 7de Febrero el bicentenario del nacimiento de Charles Dickens, el más afamado narrador inglés. Creo que es una buena oportunidad recordarle leyendo uno de sus libros, la biografía de David Copperfield, que retiene muchas experiencias propias y es según muchos una pseudo-autobiografía del autor.

Situada en medio de su producción, iniciada con los divertidos Papeles póstumos del Club Pickwick (1836-1837), es su primera novela narrada en primera persona, donde nuestro personaje recuerda y juzga sus actos, aciertos y equivocaciones.

Nace en un hogar donde su padre ha fallecido recientemente. Niñez feliz. Nuevo matrimonio y padrastro cruel. Dura escuela. Orfandad. Abandono de los estudios y trabajos a temprana edad en un almacén de embotellado en Londres. Huida a casa de una tía en Dover. David tiene apenas diez años y nos ha contado sólo un cuarto de su vida. La novela sigue hasta sus 1026 páginas.

Leer a Dickens supone la entrada en el mundo del sentimiento. Quizá a algún lector le cueste ponerse a tono con su registro emotivo, pero creo que es muy difícil escapar al optimismo vital que anima a sus personajes y a su formidable espíritu positivo que sin duda te ensancha el corazón.

El éxito está urdido merced a una multitud de personajes secundarios extraordinarios, los buenos: el increíble y siempre endeudado Sr. Wilkins Macawer (representación del padre de Charles Dickens). La enana Sta. Mowcher, que mantiene su dignidad en una extravagante vida.
Los malos: el despiadado director de escuela Sr. Creakle, de voz velada; Uriah Heep, oficial del bufete de abogados, flaco, de piel transparente y manos húmedas, siempre humillándose y retorciéndose como una serpiente.

Sin embargo las jóvenes protagonistas no brillan a gran altura: Dora y Agnes son bastante simples. También queda desdibujada Emily que protagoniza una historia de amor culpable con James Steerforth, íntimo amigo y compañero de colegio de David, y personaje muy interesante, como lo es su oculta enamorada Rosa Dartle.

Estas novelas solían aparecer acompañando a revistas, con periodicidad mensual. Los autores inicialmente tenían varias entregas preparadas, pero debían continuar escribiendo la novela acuciados por el calendario. A veces les faltaba historia y metían una de relleno. En nuestro caso y a pesar de su longitud, no se aprecian defectos de este tipo.

Después de este libro que Dickens consideró su hijo predilecto, escribió la extraordinaria Casa desolada; la algo más floja Tiempos difíciles, y la realmente mucho mejor Nuestro común amigo, ambas comentadas en este Blog; La pequeña Dorrit, que no he leído; la muy buena Historia de dos ciudades y la excepcional Grandes esperanzas.

He leído David Copperfield en la hermosa edición de la Colección Clásica Mayor de Alba Editorial con la fluida traducción de Marta Salís y con las ilustraciones originales de H.K. Browne, “Phiz”. Lo he disfrutado y le he puesto xxxx1/4 y está a vuestra disposición. Tiene la pega que pesa 1,6Kg.
Un abrazo
Rafa  

3 comentarios:

Diego dijo...

Gracias, Rafa

Tengo que confesar que no he leído nada de este autor aunque sí recuerdo con lágrimas en los ojos alguna de las versiones cinematográficas de su Oliver Twist.

A ver si me animo con esta novela por entregas aunque me eche para atrás más el número de páginas que el peso. Quizás una versión digital...

Gracias de nuevo y un abrazo.

Peter dijo...

Yo tampoco he leído a Dickens y me da pena. Creo que le voy a dar un chance este año.

Rafa dijo...

Si os animáis a leer a Dickens, os recomiendo Mr Pickwick, Casa Desolada o Grandes esperanzas.
Rafa