domingo, 5 de septiembre de 2010

Ultimos poemas de Blas de Otero.


Edición de su compañera Sabina de la Cruz. Prólogo de Mario Hernandez. Galaxia Gutenberg (400 páginas)

Este libro editado por la compañera de Blas de Otero, Sabina de la Cruz, recoge los poemas escritos entre 1968 y 1977 cuando Blas ha vuelto de Cuba con un cáncer que le llevará a la tumba. Como muy bien recuerda Mario Hernández en el prólogo, Blas vuelve una y otra vez a Jorge Manrique, pues ve la muerte cerca. Es lo que les pasa a muchos poetas en sus últimos años, que escriben sobre la muerte y lo hacen con mucho cariño…

Utiliza mucho el verso libre pero no se olvida de escribir sonetos, disciplina que domina y que a mí me gusta por el ritmo y la armonía que impone al poeta. De modo que todo el modernismo naufraga ante el “dolce estil nuevo” He aquí un ejemplo:

Después de tanto andar, paré en el centro
de la vida: miraba los caminos
largos, atrás; los soles diamantinos,
las lunas plateadas, la luz dentro.

Paré y miré. Saliéronme al encuentro
los días y los años: cien destinos
unidos por mis pasos peregrinos,
embridados y ahondados desde adentro.

Cobré más libertad en la llanura,
más libertad sobre la nieve pura,
más libertad bajo el otoño grave.

y me eché a caminar, ahondando el paso
hacia la luz dorada del ocaso,
mientras cantaba, levemente, un ave.


Vuelvo a visitar la casa de este hombre con sus manías sociales y sus creencias socialistas y antiimperialistas. En estos aspectos se queda un poco obsoleto y lo que supongo que quedará para el futuro serán sus poemas más íntimos en los que canta temas universales e intemporales. Sin olvidarse de su tierra, a la que recuerda melancólico:

Me voy al Norte. Mañana
me voy a ver el Cantábrico,
bravo y verde, a ver el mar
y a descansar en el campo,
junto a una fuente que mana
a la sombra de un castaño.

Me voy porque ya no puedo,
vivir sin ver el Cantábrico,
porque el Caribe me cansa,
me aburre el Mediterráneo,
y el mar de China me tiene
totalmente sin cuidado.

Yo quiero mi cielo gris
sobre mi valle velado,
mi mansa lluvia, mis montes
suaves del País Vasco,
y unas palabras de madre,
porque vengo muy cansado.


Le pongo *** 1/2 y se lo recomiendo a los amantes de la poesía, y de los sonetos.

Un abrazo.

1 comentario:

Rafa dijo...

De Blas de Otero he leído dos antologías, una de 1969, Expresión y Reunión (1941-1969)y otra más reciente que El País editó en el 2009en su colección de poetas españoles.

Reconozco que me gusta y como todo poeta gana releyéndole. Creo que este soneto suyo tiene encanto:

SU ÍNTIMO SECRETO

EL SONETO es el rey de los decires.
Hermoso como un príncipe encantado,
con una banda azul, cuadriculado
para que dentro de él ardas, delires.

Es preciso que bogues raudo y gires
entre sus olas y su muelle alzado:
quede tu pensamiento destrozado
cuando te lances de cabeza y vires.

Yo tengo en cada mano un buen soneto,
como dos remos de marfil y oro.
Yo conozco su íntimo secreto.

Es un silencio pronunciado a coro
por un labio desnudo, blanco, inquieto
y otro labio sereno, abril, sonoro.

Un abrazo
Rafa