jueves, 24 de febrero de 2011

Nuestros queridos libros técnicos.

El encabezamiento viene a cuento de los libros técnicos que todos hemos comprado por obligación para estudiar una materia en la universidad o en el trabajo, o por afición como es el caso al que me voy a referir.

Soy aficionado a jugar al “bridge”, un juego de cartas que estuvo muy de moda en su tiempo entre la burguesía de todo el mundo, que aprendí a jugar en mi familia. Comparto esta afición con mis hermanos y con muchos amigos, entre ellos Rafa, Tere, Covadonga, Javier. He venido jugando la mayoría de los jueves de los últimos diez años con el mismo compañero, Luis. Luis ha muerto recientemente a los 93 años de edad y me he quedado huérfano en cierto modo pues había establecido con él una relación amistosa y de cooperación. En este juego de parejas la colaboración es una de las claves del éxito.

Luis era una amante y estudioso del juego. Sus hijos, que sabían lo que disfrutaba jugando, me han dejado de heredero de los libros que Luis fue adquiriendo y estudiando durante toda su vida. Me llevé una gran sorpresa al ver la cantidad de libros y revistas que tenía perfectamente ordenados en la biblioteca de su despacho. Estoy haciendo una lista de los títulos y autores y calculo que habrá unos doscientos libros. Muchos de ellos son de técnica pura pero hay otros en los que la enseñanza se mezcla con la literatura. Por ejemplo los de Victor Mollo.

Todo esto para deciros que según voy haciendo la lista me imagino a mi amigo Luis en las libreras de medio mundo, Londres, Paris, Nueva York, Berlín, etc. hojeando y comprando libros de bridge disfrutando del inmenso placer del olor a tinta de impresión y a libros nuevos, y de encontrar aquel libro de determinada técnica que le faltaba. Imaginando también lo que sin duda disfrutó ejecutando en la mesa de juego lo aprendido, para sorpresa de sus contrincantes.

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