Queremos tener un foro en el que poder compartir lo que pensamos sobre los libros que hemos leído o que leemos. Esto nos ayudará a poder seleccionar entre los miles de libros que se han escrito y los que se publican a diario.
martes, 30 de marzo de 2010
Un "seis mil"
Si, al igual que a las montañas, a los libros se les podría clasificar por alturas, en este caso os estaría hablando de un “seis mil”. Es una gran novela, no sólo por su dimensión (sin contar apéndices, 731 páginas de vellón), sino también por su calidad y por su aliento poético. Se trata de “Todos los hombres del rey” de Robert Penn Warren. Creo que han hecho dos películas de este novelón, considerado un clásico de la literatura estadounidense. Habla de la vida, del amor, del poder y....... de las ironías del destino. Está ambientada en el algún estado del Sur (creo que es Tejas) durante los años inmediatamente posteriores a la Gran Depresión. Hay partes de la novela que, en mi opinión, son antológicas; como, por ejemplo, la que narra el primer amor del protagonista en el lugar de veraneo de una burguesía que comenzaba a dar signos de decadencia. Quizá el desenlace final no sea tan redondo como cabría esperar. Le pongo xxxx1/2 de puntuación.
lunes, 22 de marzo de 2010
Dos crímenes de Jorge Ibargüengoitia
Jorge Ibargüengoitia, nació en México, en 1928 y murío en un accidente aéreo ocurrido en Madrid en 1983.
La novela que acabo de terminar fué escrita en 1974 y ha sido recientemente reeditada en España por RBA.
Es una novela corta de doscientas páginas escasas, y creo demasiado simplón calificarla como novela policíaca ya que la fina ironía como se retratan ambientes y personajes y la chispa y ritmo como está narrada esta tragicomedia de pasiones y mezquindades humanas hacen de ella toda una novela que tiene además dos muertos.
Libro totalmente recomendable para lectores abrumados por libros tediosos, ya sean de pomposos autores laureados o superventas obesos.
No quiero destriparos las aventuras de Marcos y su lucha por la vida, ya que es una lástima sea tan breve.
La he calificado con xxx3/4.
Un abrazo
Rafa
lunes, 15 de marzo de 2010
Vida en sordina de David Lodge
David Lodge es un estupendo escritor inglés, a quien profeso un gran cariño y que cuenta en su haber novelas de fino humor, como: Intercambios, El mundo es un pañuelo, Noticias del paraíso, Terapia y muchas más. La mayoría se desarrollan en el mundo universitario y son ingeniosas y divertidas. Son también muy interesantes sus libros dedicados a la creación y crítica literaria, como: El arte de la ficción o La conciencia y la novela.
Ahora Anagrama publica su último trabajo, Vida en sordina y cuyo original en inglés, con el título de Deaf Sentence, leí hace un par de años. Divertida y emotiva a ratos, la novela es una crónica brillante del esfuerzo de un hombre por adaptarse a la sordera, al envejecimiento y a la muerte, en suma: la comedia y la tragedia de la vida humana.
La he calificado con xxxx.
Un abrazo
Rafa
viernes, 5 de marzo de 2010
Me refugio en la Poesía
El amigo Borges me amenaza desde mi Sony E-Reader con dos de sus obras, "El Aleph", y "Ficciones". No puedo evitar percibir a Borges como un escritor con pretensión, con la necesidad de mostrar al mundo su erudición y su dominio de la lengua. El problema que tengo con este escritor viene de lejos, aunque voy a hacer el esfuerzo.
Mientras tanto, y como hago siempre, me refugio en la Poesía, terreno hecho a la medida de los vagos y de los amantes de la emociones directas. He repasado los siguientes:
Blas de Otero. Antología de Pablo Jauralde. Muy pobre pues no recoge ni tan siquiera una pequeña nota bibliográfica del poeta. Hay algunos poemas buenos, pero otros no pasan el test del tiempo.
Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte,
al borde del abismo, estoy clamando
a Dios. Y su silencio, retumbando,
ahoga mi voz en el vacío inerte.
Oh Dios. Si he de morir, quiero tenerte
despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo
oirás mi voz. Oh Dios. Estoy hablando
solo. Arañando sombras para verte.
Alzo la mano, y tú me la cercenas.
Abro los ojos: me los sajas vivos.
Sed tengo, y sal se vuelven tus arenas.
Esto es ser hombre: horror a manos llenas.
Ser —y no ser— eternos, fugitivos.
¡Ángel con grandes alas de cadenas!
Miguel Hernández. Poemas de Amor (Alianza Alfaguara). Está bien, sobre todo los apasionados versos que dedica a su mujer y a su hijo.
Tristes guerras,
si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.
Tristes armas,
Si no son las palabras.
Tristes, tristes.
Tristes hombres,
si no mueren de amores.
Tristes tristes.
Jaime Gil de Biedma. Antología Poética. Alianza Editorial. Amargo, pero acertado y agudo.
En un viejo país ineficiente
algo así como España entre dos guerras
civiles, en un pueblo junto al mar,
poseer una casa y poca hacienda
y memoria ninguna. No leer,
no sufrir, no escribir, no pagar cuentas,
y vivir como un noble arruinado
entre las ruinas de mi inteligencia.
Al final vuelvo a mi amado Antonio y recuerdo los versos de esperanza que escribió después de la muerte de su joven amada Leonor. Emoción y sinceridad. El Papa escribió una Encíclica, "Spe Salvis", y no estuvo tan acertado como el poeta.
Soñé que tú me llevabas
por una blanca vereda,
en medio del campo verde,
hacia el azul de las sierras,
hacia los montes azules,
una mañana serena.
Sentí tu mano en la mía,
tu mano de compañera,
tu voz de niña en mi oído
como una campana nueva,
como una campana virgen
de un alba de primavera.
¡Eran tu voz y tu mano,
en sueños, tan verdaderas!...
Vive, esperanza, ¡quién sabe
lo que se traga la tierra!.
Un abrazo.
Mientras tanto, y como hago siempre, me refugio en la Poesía, terreno hecho a la medida de los vagos y de los amantes de la emociones directas. He repasado los siguientes:
Blas de Otero. Antología de Pablo Jauralde. Muy pobre pues no recoge ni tan siquiera una pequeña nota bibliográfica del poeta. Hay algunos poemas buenos, pero otros no pasan el test del tiempo.
Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte,
al borde del abismo, estoy clamando
a Dios. Y su silencio, retumbando,
ahoga mi voz en el vacío inerte.
Oh Dios. Si he de morir, quiero tenerte
despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo
oirás mi voz. Oh Dios. Estoy hablando
solo. Arañando sombras para verte.
Alzo la mano, y tú me la cercenas.
Abro los ojos: me los sajas vivos.
Sed tengo, y sal se vuelven tus arenas.
Esto es ser hombre: horror a manos llenas.
Ser —y no ser— eternos, fugitivos.
¡Ángel con grandes alas de cadenas!
Miguel Hernández. Poemas de Amor (Alianza Alfaguara). Está bien, sobre todo los apasionados versos que dedica a su mujer y a su hijo.
Tristes guerras,
si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.
Tristes armas,
Si no son las palabras.
Tristes, tristes.
Tristes hombres,
si no mueren de amores.
Tristes tristes.
Jaime Gil de Biedma. Antología Poética. Alianza Editorial. Amargo, pero acertado y agudo.
En un viejo país ineficiente
algo así como España entre dos guerras
civiles, en un pueblo junto al mar,
poseer una casa y poca hacienda
y memoria ninguna. No leer,
no sufrir, no escribir, no pagar cuentas,
y vivir como un noble arruinado
entre las ruinas de mi inteligencia.
Al final vuelvo a mi amado Antonio y recuerdo los versos de esperanza que escribió después de la muerte de su joven amada Leonor. Emoción y sinceridad. El Papa escribió una Encíclica, "Spe Salvis", y no estuvo tan acertado como el poeta.
Soñé que tú me llevabas
por una blanca vereda,
en medio del campo verde,
hacia el azul de las sierras,
hacia los montes azules,
una mañana serena.
Sentí tu mano en la mía,
tu mano de compañera,
tu voz de niña en mi oído
como una campana nueva,
como una campana virgen
de un alba de primavera.
¡Eran tu voz y tu mano,
en sueños, tan verdaderas!...
Vive, esperanza, ¡quién sabe
lo que se traga la tierra!.
Un abrazo.
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