martes, 24 de mayo de 2011

Javier Marías (1951) Los enamoramientos (2011)



Después de la lectura entre el 2002 y el 2007 de las casi mil seiscientas páginas de Tu rostro Mañana, y haber salido vivo y encantado de la aventura, es una estupenda noticia ver que Javier Marías sigue en la brecha y nos da la oportunidad de entrar de nuevo en su particular mundo.

Los enamoramientos tiene pocos personajes y está narrada por la joven editora María Dolz, que siente una singular atracción por el matrimonio de Luisa y Miguel Desvern, del que sabemos, desde la primeras líneas, ha fallecido recientemente de forma violenta.

En el texto hay frecuentes citas al Macbeth, a Los tres Mosqueteros, pero sobre todo a El Coronel Chabert de Balzac, autor, que como dice James Wood, no tiene un compromiso especial con el estilo indirecto o la impersonalidad del autor, que defiende la nueva literatura, y se siente maravillosamente libre de romperlo como autor/narrador con teorías y digresiones como también gusta Marías.

Así hace nuestra narradora que detiene la acción para buscar un nuevo punto de vista, hacer un cometario o tratar de entender a los personajes. Marías aunque es autor de novelas con trama, necesita de estas vacilaciones para hacer avanzar su historia, y que nos parezca más casual y más viva, aunque en ocasiones el efecto es contrario y pueda hartar al sufrido lector. No, en este caso, en que nos mantiene interesados hasta la última página logrando el difícil equilibrio entre la digresión y el suspense.

La novela nos habla del azar, del enamoramiento, de la muerte, del olvido, de la dificultad de conocer la verdad y de otras muchas cosas. Un personaje dice:

"Es una novela y lo que ocurre en ella da lo mismo y se olvida, una vez terminada". Quizá pensaba que con los hechos reales no sucedía así, con los de nuestra vida. Probablemente sea cierto para el que los vive, pero no para los demás. Todo se convierte en relato ... y apenas se diferencia entonces lo acontecido de lo inventado. Todo termina por ser narrativo y por tanto por sonar igual, ficticio aunque sea verdad.

Le he puesto xxxx, y sus cuatrocientas páginas están a vuestra disposición.

Rafa

miércoles, 18 de mayo de 2011

Angel González. Palabra sobre palabra.



Vuelvo a leer esta antología que publicó el año pasado Seix Barral (450 páginas) porque me gustó y me gusta, sobre todo algunos poemas. González es el poeta que más me ha gustado últimamente, a pesar de su melancolía o quizás por eso mismo.  Conocí a este poeta gracias a Covadonga a quien recuerdo agradecido cuando disfruto con algún poema. ¡Qué bien junta las letras este hombre!

Quizás imitando a Antonio Machado en su biografía de un par de párrafos, Angel González escribe esta nota en el prólogo del libro:

«Nací en Oviedo en 1925. El escenario y el tiempo que corresponden a mi vida me hicieron testigo de innumerables acontecimientos violentos: revolución, guerra civil, dictaduras. En muy pocos años me convertí, de súbdito de un rey, en ciudadano de una república y, finalmente, en objeto de una tiranía. Regreso, casi viejo, a los orígenes, súbdito de nuevo de la misma Corona. Me acostumbré muy pronto a quejarme en voz baja, a maldecir para mis adentros, y a hablar ambiguamente, poco y siempre de otras cosas; es decir, al uso de la ironía, de la metáfora, de la metonimia y de la reticencia. Si acabé escribiendo poesía fue, para aprovechar las modestas habilidades adquiridas por el mero acto de vivir.»



viernes, 6 de mayo de 2011

Tony Judt (1.948- 2.010) El refugio de la memoria (2.010) Editorial Taurus-240 páginas

Una verdadera joya. El autor, que acaba de morir en agosto del año 2.010 como consecuencia de una Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) que le tuvo paralizado los últimos meses de su vida, dicta sus recuerdos que recoge este libro.

Judt, judío nacido en Inglaterra, fue según dice él mismo, profesor de historia, escritor de historia de Europa, comentador de asuntos europeos, una voz intelectual de la izquierda americana, y ocasionalmente un participante en las discusiones sobre los judíos.

En 25 capítulos va recordando aspectos personales, familiares, y profesionales de su vida, aprovechando para dar su opinión sobre temas generales relacionados con dichos recuerdos. Está escrito con sencillez y sin pretensión, lo que no puede ocultar la altura intelectual del autor pero hace que el lector no tenga que hacer grandes esfuerzos para entenderle. El lector tiene la impresión de que está leyendo la carta de un amigo ilustrado que le cuenta sus recuerdos. Judt solo hace referencia a su enfermedad en el prólogo y como buen británico es muy contenido en la expresión de sus sentimientos.

A lo largo de sus recuerdos el lector se va dando cuenta de que Judt es un intelectual muy viajado y con muchas experiencias personales y un conocedor de lenguas y países, lo que hace que sus opiniones estén basadas no solo en su intelecto si no en su experiencia personal lo cual resulta enriquecedor.

La traducción de Juan Ramón Azaola es magnífica lo que hace de la lectura un placer.

Aunque parezca una obra menor tengo la impresión de que tiene más contenido que alguno de los grandes tratados de historia. Tengo pendiente leer su libro más conocido, “Posguerra, una Historia de Europa desde 1.945” que creo que ha leído mi cuñado Juan.

Le pongo ****

lunes, 2 de mayo de 2011

Ian McEwan (1.948) "Solar" (2.010) (353páginas)

Terrible, como todo lo que he leído de este autor. Tengo que reconocer que soy fan, y su novela que más me ha gustado es "Sábado", que tiene una entrada en este blog y que recomiendo a los jóvenes cuando tengan tiempo en verano.

En "Solar" da un repaso a la especie, representada en este caso por Michael Beard, un hombre egoista, nihilista,  y de comportamiento desordenado en lo social, personal, sexual, dietético, y profesional, lo que no le impide obtener el Premio Nobel de Física y convencer a un montón de mujeres para que se casen o se acuesten con él.

Con un comportamiento que en muchos casos resulta cómico se mueve por la vida con el único objetivo de satisfacer sus apetitos para lo que utiliza medios de dudosa moralidad. Para que os deis una idea, esta es una de sus reflexiones: : “Entre las razones que explicarían el anhelo de una divinidad, el argumento del designio divino se derrumbaba en el caso del Homo sapiens. Ningún dios que se preciase podría ser tan chapucero en la mesa de trabajo"

Como telón de fondo y para mostrar el contraste con su personalidad este hombre se dedica a la investigación de algunos aspectos de la naturaleza de la luz que resultan críticos para la posible solución del calentamiento global, tema sobre el que McEwan parece muy bien informado. El protagonista consigue no solo ser una eminencia en lo científico si no en lo comercial al hacer un proyecto de energía solar en el desierto tejano junto a un socio americano.

El climax del relato va en aumento a medida que Beard va acumulando despropósitos. McEwan saca su vena humorística británica y en algunos momentos te hace reír a carcajadas, pero la tragedia de fondo supera a la comedia. 


Le pongo ****