domingo, 29 de enero de 2012

Crímenes (2009) Ferdinand von Schirach (1964)

Este prestigioso abogado penalista en Berlín, ha escrito un libro que relata once crímenes en los que intervino como defensor, extraídos de su larga experiencia profesional. Obteniendo en su país y en los que se ha traducido un extraordinario éxito.

Estamos, pues, ante un best-seller, pero bastante atípico, es un libro corto, menos de doscientas páginas que no echa carne a las fieras sino trata de mostrar, y creo que de forma convincente la leve frontera que existe entre el bien y el mal. Dice en el prólogo:

Uno de mis tíos era juez y nos decía: La mayoría de las cosas son complicadas, y la culpabilidad es siempre un asunto peliagudo.
Tenía razón. Yo cuento las historias de asesinos, traficantes de drogas, atracadores de bancos y prostitutas. Todos tienen historia y no son muy distintos de nosotros. Nos pasamos la vida danzando sobre una fina capa de hielo; debajo hace frío, y nos espera una muerte rápida. El hielo no soporta el peso de algunas personas, que se hunden. Ese es el momento que me interesa: Si tenemos suerte, no ocurre nada y seguimos danzando. Si tenemos suerte.

Los relatos son breves y ejemplares, por la sencillez y expresividad descriptiva de caracteres y hechos, no esquemática, como exige un best-seller. Algunos son duros, muy duros, sobre todo los primeros, luego no se si se suavizan o has hecho callo para continuar leyendo.

El libro se lee muy bien y es posible que todo se deba a la habilidad de este abogado curtido en infinidad de casos para ser astuto, escueto, claro y convincente con sus jueces o jurados y en este caso lectores.

Curiosamente Ferdinand es nieto de Baldur von Schirach (1907-1974), ferviente seguidor de Hitler, gobernador de Viena durante la II Guerra Mundial, condenado en Nuremberg a veinte años de cárcel.
Nuestro autor evita hablar de él.

Le he puesto xxxx y está a vuestra disposición.

Rafa

sábado, 28 de enero de 2012

La mesa limón (2004) de Julian Barnes (1946)


Perteneciente a esa generación de autores británicos e irlandeses de excepción como Ian McEwan (1948), Martin Amis (1949), John Banville (1945), Barnes destaca por un humorismo lúcido y elegante. Entre sus obras recordamos: El loro de Flaubert (1984), Una historia del mundo en diez capítulos y medio (1989), Arthur & George (2005), y la más reciente The sense of an ending (2011), premiado con el Man Brooker price del pasado año y aún no editada aquí.

Para los chinos el limón es el símbolo de la muerte y el músico Sibelius, en el undécimo cuento Silencio, que cierra el libro nos lo aclara:

Salgo a cenar solo y reflexiono sobre la mortalidad. O voy al Kämp, para hablar de este tema con otros. El extraño asunto de Man lebt nur einmal (sólo se vive una vez). Me sumo a la mesa limón. Allí está permitido – de hecho obligatorio- hablar de la muerte. Es de lo más cordial. 
   
Todos los cuentos del libro, como aquella estupenda novela de Muriel Spark Memento Mori, nos hablarán de la vejez, de la enfermedad y de que todos los ríos van a parar a la mar. En Una breve historia de la peluquería cuenta una vida en tres momentos en una barbería. La historia de Mats Israelson evoca los amores cruzados e inconfesos de las clásicas novelas inglesas del XIX. La de cosas que sabes, dos ancianas hablan y hablan de naderías, mientras callan los hechos ocultos que cada una conoce de su amiga. Higiene muestra una rutina rota por la muerte. El reestreno cuenta el bello amor otoñal de Turgenev. Vigilancia, un cascarrabias relata su obsesión por los ruidos del público en los conciertos:
Como digo, el público del Festiva Hall era normal. El ochenta por ciento, con permiso de día de los hospitales de la ciudad, cuyos pabellones de pulmón y departamentos de otorrinolaringología tenían prioridad para las entradas. Reserva ahora un asiento mejor si tienes una tos que supera los 95 decibelios. Al menos la gente no pedorrea en los conciertos: Yo nunca he oído a nadie echarse pedos, ¿y ustedes? Lo cual me da la razón en parte: si puedes reprimir un extremo, ¿por qué no el otro?        

Cuatro cuentos más completan este libro, difícil por su tema, pero inteligente por el espacio que sabe crear en pocas líneas, la elección del narrador, lo que muestra, oculta y sugiere, y la ironía que preside todo el relato.

Le  he puesto xxxx  y está a vuestra disposición.

Rafa

jueves, 19 de enero de 2012

Meridiano de Sangre de Cormac McCarthy. La bestia humana anda suelta.






















Una novela terrible que ya recomendó Rafa en su día y que me ha recomendado y prestado Juan. Me ha costado cogerle el tranquillo al relato por varias razones. El lenguaje es muy rico y hay que leer despacio. El autor se regodea en la descripción de los lugares y de las situaciones. Usa para ello un lenguaje sofisticado y barroco (me pregunto si dentro de unas décadas los habitantes de las grandes urbes serán capaces de interpretar la melodía de los campos yermos que describe Cormac) El argumento es terrible, una contínua carnicería en la que no se salva nadie. Los personajes son fríos, insensibles, brutales, duros, resistentes. Si se hiciera una película, que se hará sin duda, será una película de malos; sin buenos.

El relato sigue la vida de un chaval – así le llama el autor y así le llaman el resto del grupo de mercenarios con el que viaja – que se une al grupo de americanos contratados para reducir el número de indios apaches del estado de Texas y del norte de México. Estamos entre 1.840-1.850. Lidera el grupo un personaje histórico, el capitán Glanton, un mercenario, acompañado de otro personaje que podría ser histórico y que desde luego impresiona, el juez Holden. La forma de cobrar está basada en la entrega de las cabelleras de los indios.
Mangas Coloradas. Indio chiricaua de la época
Cuesta mucho arrancar pero una vez que se le ha cogido el ritmo no se puede dejar. Sus descripciones de las marchas del grupo por los desiertos en busca de los indios, de la persecución sin tregua de los mismos, del hambre, del frío, de la dureza del terreno, del exterminio y de la frialdad con lo ejecutan, son espléndidas. El autor se dedica simplemente a describir los hechos sin pararse a juzgar sobre los mismos; no hace falta, el lector se queda anonadado de la capacidad sanguinaria de los miembros del grupo.

No hay moraleja. El lector se ve obligado a reconocerse como parte de esta humanidad brutal, aunque no quiera. El libro es una ficción pero podría ser realidad, como la que describe Bartolomé de las Casas (1.484-1.566) en su “Brevísima relación de la destrucción de las Indias” en la que se  muestran crueldades tan grandes, si no mayores, y que también os recomiendo.

McCarthy ganó el Pulitzer 2.007 por su novela "La carretera" que creo comentaron Rafa y Peter y que yo abandoné por parecerme demasiado lenta. Quizás me lo piense ahora que he tenido esta experiencia positiva.

Le pongo ****

jueves, 12 de enero de 2012

El mapa y el territorio (2010) de Michel Houellebecq (1958)


Escritor francés de gran prestigio gana con esta su quinta novela el Premio Goncourt de 2010, y nada más recibirlo surge una polémica acusación de plagio por la utilización, sin cambiar una coma, de documentación procedente de Wikipedia.

He seguido con gran interés todas sus novelas: Ampliación del campo de batalla (1994), Las partículas elementales (1998), Plataforma (2001), La posibilidad de una isla (2005).

En general es pesimista, y a veces todo lo contrario. Parece rechazar muchos iconos de nuestra cultura. Le interesan temas que parecen extraídos de magacines o wikipedias ( restaurantes, hoteles, automóviles alemanes y coreanos etc.). Es a menudo provocativo describiendo escenas eróticas. Habla de arte, filosofía, religión, política y de cualquier cosa con amenidad. Su crítica al mundo que vivimos y su hipótesis de un futuro posible creo es inteligente y acertada.

La novela nos cuenta desde un futuro próximo, la vida de varios personajes: Jed Martin, pintor, protagonista del libro; su padre, arquitecto de balnearios; Olga, hermosa directiva de Michelin y Michel Houellebecq, escritor. Los personajes son consistentes y creo que hay mucho talento puesto al servicio de una historia que se lee muy bien y cuyo desarrollo sorprendente no quiero desvelar.

He extraído un par de párrafos de este libro, que pueden servir de orientación:
 
… un bello producto, un producto moderno; puede usted amarlo. Pero debe saber que dentro de un año, dos a lo sumo, será reemplazado por otro nuevo, de características supuestamente mejoradas.
También nosotros somos productos, productos culturales. Nosotros también llegaremos a la obsolescencia. El funcionamiento del mecanismo es idéntico, con la salvedad de que no existe, en general, mejora técnica o funcional evidente; sólo subsiste la exigencia de novedad en estado puro.

“No hay que buscarle sentido a lo que no tiene ninguno”, coincidiendo así, sin ser plenamente consciente, con la conclusión del Tractatus de Wittgenstein, “De lo que no puedo hablar tengo la obligación de callarme”.

Le  he puesto xxxx

Rafa

domingo, 1 de enero de 2012

Charles Bukowski (1.920-1994) Pulp (1.993) 200 páginas.

Novela corta y última que escribió Charles Bukowski, novelista y poeta americano, símbolo del "realismo sucio" (Wiki), que os recomiendo. 

Me he reído como hacía tiempo que no me reía, eso sí con un cierto poso de melancolía pues me da la sensación de que Bukowski se despide del mundanal ruido con este relato con tintes autobiográficos.
Charles Bukowski

Un bebedor impenitente
 El protagonista es Nick Belane, un detective privado de Los Angeles de unos cincuenta y tantos años de edad, de vuelta de todo, perdedor, alcohólico, ludópata, mujeriego, contradictorio, antisocial, antisistema, cínico, enfermo, autodestructivo, pendenciero, sucio, y violento, entre otras zarandajas. Una joya, vamos.

Los personajes que le encargan diversos trabajos son: la Señora Muerte, que le pide que investigue si Céline está vivo, un hombre que le pide que haga desaparecer a un grupo de extraterrestres, un marido celoso que le pide que coja a su mujer en adulterio, y otro que le encarga la búsqueda del “Gorrión Rojo”, en clara alusión al “Halcón Maltés”. El protagonista es una sátira de Sam Spade, y los diálogos son una parodia de los de sus películas.

Las situaciones en las que se encuentra nuestro antihéroe son descabelladas y en muchos casos producto de los delirium tremens que visitan a menudo a nuestro hombre. Naturalmente Bukowski nos regala con su filosofía radical que dispara contra el lector en medio de una prosa ametrallada, si se puede usar esta expresión.

Una perla de este relato:

"Pero el mundo estaba lleno de pedos viejos como yo. Sentados, escuchando la lluvia, preguntándose adonde se había ido todo. Uno sabe que es viejo cuando se sienta a preguntarse adonde se ha ido todo."


Le pongo **** ½ y os la recomiendo para empezar el año 2.012 con unas risas.