Este prestigioso abogado penalista en Berlín, ha escrito un libro que relata once crímenes en los que intervino como defensor, extraídos de su larga experiencia profesional. Obteniendo en su país y en los que se ha traducido un extraordinario éxito.
Estamos, pues, ante un best-seller, pero bastante atípico, es un libro corto, menos de doscientas páginas que no echa carne a las fieras sino trata de mostrar, y creo que de forma convincente la leve frontera que existe entre el bien y el mal. Dice en el prólogo:
Uno de mis tíos era juez y nos decía: La mayoría de las cosas son complicadas, y la culpabilidad es siempre un asunto peliagudo.
Tenía razón. Yo cuento las historias de asesinos, traficantes de drogas, atracadores de bancos y prostitutas. Todos tienen historia y no son muy distintos de nosotros. Nos pasamos la vida danzando sobre una fina capa de hielo; debajo hace frío, y nos espera una muerte rápida. El hielo no soporta el peso de algunas personas, que se hunden. Ese es el momento que me interesa: Si tenemos suerte, no ocurre nada y seguimos danzando. Si tenemos suerte.
Los relatos son breves y ejemplares, por la sencillez y expresividad descriptiva de caracteres y hechos, no esquemática, como exige un best-seller. Algunos son duros, muy duros, sobre todo los primeros, luego no se si se suavizan o has hecho callo para continuar leyendo.
El libro se lee muy bien y es posible que todo se deba a la habilidad de este abogado curtido en infinidad de casos para ser astuto, escueto, claro y convincente con sus jueces o jurados y en este caso lectores.
Curiosamente Ferdinand es nieto de Baldur von Schirach (1907-1974), ferviente seguidor de Hitler, gobernador de Viena durante la II Guerra Mundial, condenado en Nuremberg a veinte años de cárcel.
Nuestro autor evita hablar de él.
Le he puesto xxxx y está a vuestra disposición.
Rafa