lunes, 27 de febrero de 2012

El regreso de Don Quijote (1925-1926) de Gilbert Keith Chesterton (1874-1936)


En la novela El mapa y su territorio, reseñada recientemente en el blog, Houellebecq hace el siguiente comentario sobre William Morris:

Hacia el final se adhirió al marxismo, pero al principio era distinto, realmente original. Parte del punto de vista del artista cuando produce una obra, e intenta generalizarlo en el conjunto del mundo de la producción: industrial y agrícola. Hoy nos cuesta imaginar la riqueza de la reflexión política de aquella época. Chesterton rindió homenaje a William Morris en El regreso de Don Quijote. Es una novela curiosa, en la que imagina una revolución basada en el retorno al artesanado y al cristianismo medieval que se extiende poco a poco por las islas británicas, suplantando a los demás movimientos obreros, socialista y marxista y que conduce al abandono del sistema de producción industrial a favor de comunidades artesanales y agrarias. Algo absolutamente inverosímil, tratado en una atmósfera de hadas, no muy alejado del Padre Brown. Creo que Chesterton puso en este libro muchas de sus convicciones personales. Pero hay que decir que William Morris, a juzgar de todo lo que se sabe de él, fue una persona extraordinaria.

De Morris tenía noticia, pero de mi querido Chesterton desconocía esta faceta, que sin embargo encaja en un hombre que era modelo de independencia intelectual, fe cristiana, humorismo y humanidad.
Chesterton propone una tercera vía frente al capitalismo y el socialismo, que denomina Distribucionismo y defiende el mayor reparto posible de la propiedad privada en la sociedad, y cuyo modelo veía en las comunidades medievales donde el artesano podía realizar con placer cosas bien hechas, quizá no perfectas pero amables en oposición a objetos sin vida producidos en nuestros días masivamente por máquinas. Desde 1924 hasta su muerte en 1936 fue el incansable defensor de este sistema que no llegó a ver hecho realidad.

Esto me animó a leer el libro de Chesterton, en la edición de Cátedra, con una introducción muy interesante de más de 160 páginas.

Estamos en la Inglaterra contemporánea, en una sala de una abadía, preparando el ensayo de una leyenda de juglares por un grupo de actores aficionados. La obra se representará y los actores desearán no cambiar de atuendo. Los personajes son cuerdos, pero están algo locos: hay uno o más Don Quijote.

El libro no es exactamente lo que dice Houellebecq, pero lo sugiere. Tiene muchas virtudes y algunos defectos, por lo general de ritmo narrativo, muy típicos de este autor: a veces los acontecimientos corren mucho más que la lógica del lector, o la acción se detiene en un largo discurso.

Al final de la novela un personaje dice:
El error de Don Quijote no fue tanto atacar a los molinos como no haber luchado contra los molineros, primeros burgueses de la historia medieval.

Me ha gustado y le he puesto xxxx y está a vuestra disposición.
Un abrazo
Rafa  

The Fantastic Flying Books of Mr. Morris Lessmore. Oscar 2.012 cortometraje

Quité esta entrada hace unos días pues el sistema pedía una clave para entrar a ver la película, clave que yo desconocía.

Decía entonces que dedicaba mi entrada a todos los amantes de los libros, sobre todo a Rafa.

Para corregir esto y para celebrar que le hayan dado el Oscar 2.012 al mejor corto de animación, inserto aquí el video y copio la dirección de youtube por si vuelve a pasar lo mismo.


http://www.youtube.com/watch?v=Adzywe9xeIU&feature=player_embedded#!

viernes, 24 de febrero de 2012

IBERLIBRO. Me han dado esta dirección de internet (hay que buscarla), venden libros descatalogados y de segunda mano. Yo compré dos el viernes pasado y me han llegado ya los dos. Hay numerosos precios y opciones. También venden postales y otros vicios.

Un Mundo Feliz - Aldous Huxley (1894-1963)

Acabo de terminar uno de esos libros que hay que leer aunque solo sea por curiosidad, para ver cómo se imaginaban el futuro los escritores de tiempos pasados. Empecé la novela pensando - no se por qué - que Huxley era un autor bastante moderno, y cual fue mi sorpresa al enterarme de que la novela fue escrita en 1931 y publicada en 1932. No es que la sociedad actual sea exáctamente como la pinta Huxley, entre otras cosas porque la acción se sitúa en el año 2540, pero en muchos aspectos acierta bastante.

El género de la ciencia ficción da para novelas de todo tipo y esta se centra en aspectos sociológicos, un poco al estilo de Asimov pero sin tanto énfasis en la parte tecnológica. Si alguien está esperando batallas interestelares, sables láser y ametralladoras de protones, es mejor que vaya al cine porque no es una novela de acción.

La sociedad del futuro que nos pinta Huxley es una sociedad perfectamente ordenada, en la que la reproducción es un proceso industrial (y asexual) orientado a crear castas diferenciadas de personas, mediante un condicionamiento primero genético y luego educacional y moral, mediante técnicas hipnopédicas y paulovianas. Cada casta tiene una función en la sociedad y está condicionada para aceptar su papel en la sociedad y ser feliz. Esta es la clave de todo, la gente es feliz y por tanto le parece estupendo renunciar por completo a su libre albedrío.

Hay tres factores que ayudan mucho a que la gente se mantenga dócil, y que tienen su gracia. El sexo tiene una función exclusivamente lúdica y se promueve la promiscuidad, estando muy mal vista la monogamia. Tienen una especie de órganos que emiten sonidos, luces y olores, y en vez de ir al cine van a los "feelies" que es un cine en el que tu sientes lo que sienten los protagonistas, siendo las películas de contenido principalmente erótico. Y por último, los controladores de todo el asunto suministran a todo Pichichi una droga llamada soma que hace que, en caso de fallar todo lo demás, te sientas feliz pase lo que pase. No me negaréis que esta versión Huxley de sexo, drogas y rock&roll no es como para renunciar al libre albedrío.

Sin llegar a esos extremos, se pueden establecer todo tipo de paralelismos con la sociedad actual, ya que en el mundo de Huxley también condicionan a la gente para favorecer en consumismo, se establecen castas de hombres de mayor y menor categoría, la gente toma drogas para ser feliz, se promueve el desapego de la familia para que la gente trabaje más, etc.

Hay un párrafo que me encantó y os traigo a modo de ejemplo:

But once you began admitting explanations in terms of purpose–well, you didn't know what the result might be. It was the sort of idea that might easily decondition the more unsettled minds among the higher castes–make them lose their faith in happiness as the Sovereign Good and take to believing, instead, that the goal was somewhere beyond, somewhere outside the present human sphere, that the purpose of life was not the maintenance of well-being, but some intensification and refining of consciousness, some enlargement of knowledge.

La gente vive convencida de que su propósito en la vida es mantener su bienestar - léase trabajar y consumir - y es peligroso que a alguien se le ocurra que igual el propósito es otro. Muy del siglo XXI, ¿no?

La trama, que no destriparé aquí, como os podéis imaginar va de unos que cuestionan todo este montaje. Es facilita de leer y no muy corta. Me ha parecido muy interesante y le pongo ****. Cuidado con que la lean adolescentes y otros seres espongiformes, no sea que les entren ideas revolucionarias y anti-sistema ;-)

martes, 21 de febrero de 2012

La historia personal de David Copperfield (1848-1850) de Charles Dickens (1812-1870)


Hemos celebrando el pasado 7de Febrero el bicentenario del nacimiento de Charles Dickens, el más afamado narrador inglés. Creo que es una buena oportunidad recordarle leyendo uno de sus libros, la biografía de David Copperfield, que retiene muchas experiencias propias y es según muchos una pseudo-autobiografía del autor.

Situada en medio de su producción, iniciada con los divertidos Papeles póstumos del Club Pickwick (1836-1837), es su primera novela narrada en primera persona, donde nuestro personaje recuerda y juzga sus actos, aciertos y equivocaciones.

Nace en un hogar donde su padre ha fallecido recientemente. Niñez feliz. Nuevo matrimonio y padrastro cruel. Dura escuela. Orfandad. Abandono de los estudios y trabajos a temprana edad en un almacén de embotellado en Londres. Huida a casa de una tía en Dover. David tiene apenas diez años y nos ha contado sólo un cuarto de su vida. La novela sigue hasta sus 1026 páginas.

Leer a Dickens supone la entrada en el mundo del sentimiento. Quizá a algún lector le cueste ponerse a tono con su registro emotivo, pero creo que es muy difícil escapar al optimismo vital que anima a sus personajes y a su formidable espíritu positivo que sin duda te ensancha el corazón.

El éxito está urdido merced a una multitud de personajes secundarios extraordinarios, los buenos: el increíble y siempre endeudado Sr. Wilkins Macawer (representación del padre de Charles Dickens). La enana Sta. Mowcher, que mantiene su dignidad en una extravagante vida.
Los malos: el despiadado director de escuela Sr. Creakle, de voz velada; Uriah Heep, oficial del bufete de abogados, flaco, de piel transparente y manos húmedas, siempre humillándose y retorciéndose como una serpiente.

Sin embargo las jóvenes protagonistas no brillan a gran altura: Dora y Agnes son bastante simples. También queda desdibujada Emily que protagoniza una historia de amor culpable con James Steerforth, íntimo amigo y compañero de colegio de David, y personaje muy interesante, como lo es su oculta enamorada Rosa Dartle.

Estas novelas solían aparecer acompañando a revistas, con periodicidad mensual. Los autores inicialmente tenían varias entregas preparadas, pero debían continuar escribiendo la novela acuciados por el calendario. A veces les faltaba historia y metían una de relleno. En nuestro caso y a pesar de su longitud, no se aprecian defectos de este tipo.

Después de este libro que Dickens consideró su hijo predilecto, escribió la extraordinaria Casa desolada; la algo más floja Tiempos difíciles, y la realmente mucho mejor Nuestro común amigo, ambas comentadas en este Blog; La pequeña Dorrit, que no he leído; la muy buena Historia de dos ciudades y la excepcional Grandes esperanzas.

He leído David Copperfield en la hermosa edición de la Colección Clásica Mayor de Alba Editorial con la fluida traducción de Marta Salís y con las ilustraciones originales de H.K. Browne, “Phiz”. Lo he disfrutado y le he puesto xxxx1/4 y está a vuestra disposición. Tiene la pega que pesa 1,6Kg.
Un abrazo
Rafa