domingo, 16 de noviembre de 2014

Milan Kundera(1.929). La insoportable levedad del ser(1.984)


Releo esta novela de la que guardaba un buen recuerdo, pero de la que había olvidado casi todo. Solo tenía el recuerdo de la situación de los checos en aquellos años previos a la caída de la Unión Soviética.


La reseña de Rafa sobre la última novela de este autor, “La fiesta de la insignificancia”, y la buena nota que le pone me han hecho tomar esta decisión de la que no me arrepiento.

El protagonista principal, Tomás, un médico checo, huye de Chequia cuando los soviéticos entran en el país, y se va con su esposa Teresa a Paris. Tomás es un hombre que necesita tener muchas amantes y que vuelve a Praga siguiendo a Teresa. Tomás sufre la represión del sistema soviético y no puede ejercer su profesión de cirujano.

 Kundera especula con la existencia, la identidad, la trascendencia de la vida humana, el amor, el sexo, la convivencia, la religión, la política, etc. Tiene la habilidad de intercalar entre la acción los pensamientos que se le vienen a la cabeza y que le parecen adecuados a la situación. Hay quien clasifica a este libro como novela filosófica, y, efectivamente tiene mucho de filosofía y de enseñanzas.

Kundera genera muchos proverbios. Como ejemplo sirva este que me ha hecho mucha gracia:

“Amarrar el amor al sexo ha sido una de las ocurrencias más extravagantes del Creador”

Sirva este comentario como ejemplo de su pensamiento y de su escritura:

"A los que creen que los regímenes comunistas de Europa Central son exclusivamente producto de seres criminales, se les escapa una cuestión esencial: los que crearon estos regímenes criminales no fueron los criminales, sino los entusiastas, convencidos de que habían descubierto el único camino que conduce al paraíso. Lo defendieron valerosamente y para ello ejecutaron a mucha gente. Más tarde se llegó a la conclusión generalizada de que no existía paraíso alguno, de modo que los entusiastas resultaron ser asesinos"

Real como la vida misma...

Escribe con facilidad y su lenguaje es comprensible y agradable. Genera un interés continuo a lo largo del relato. Le pongo ****