jueves, 6 de marzo de 2008

La lectura. Contaba mi padre.

Contaba mi padre que en casa de sus padres hubo una muchacha de servicio que recomendaba la lectura a los pequeños de la casa, y les decía:

"Siéntate en esa butranca y leye, leye pa que ten destruyas, y te sepas protar en las vesitas"

A la hora de criticar la falta de interés por la lectura en España recordemos que no hace muchos años la mayoría de la población era analfabeta. Hoy en día se lee mucho más, además hay que tener en cuenta que las posibilidades de información, fabulación, y cultura en general se han ampliado de manera portentosa. Sólo el cine ha llevado la fantasía a todos los rincones del mundo y nos ha influido más de lo que pensamos. Todos hemos querido ser Gary Cooper o Ingrid Bergan o sus compañeros de pantalla.

No os cuento nada de la red, estamos en la prehistoria de un medio poderosísimo.

¿Alguien se acuerda de la serie de libros de ciencia ficción de Isaac Asimov "Fundación e Imperio"? Creo que había un grupo de intelectuales que todavía leía libros.....aunque puedo estar equivocado.

Un abrazo.

1 comentario:

Rafa dijo...

Siempre recordaré a mi padre por haberme tentado a leer historias que al acostarme el iniciaba y luego dejaba el libro sobre la mesilla para que siguiese, en general unas pocas líneas, y que al día siguiente el estaba dispuesto a continuar.

Los libros eran estupendos: "La isla del tesoro", "Sandokan, el Tigre de Monpracén", "La isla misteriosa", "Dick Turpín", "El Coyote".

Nunca supe competir con TV y hacer lo mismo con mis hijos, que sin duda por eso, algo leen, pero poco.

¿Qué va a pasar con los libros? y ¿con los lectores?

Nos hemos acostumbrado a su peso, tacto, estética y para mi es difícil imaginar el chisme de Amazón en mis manos aunque me tienta la posibilidad de utilizar un diccionario cuando leo
un libro en inglés.

Google, mil foros y wikipedias, facultan a bajo costo el acceso a un enorme conocimiento, pero pueden generar una virtual apariencia de saber y un constante zapping saltando de un tema a otro, creando más ansiedad que real satisfacción.

El Best-Seller está vulgarizando e inundando las librerías de libros mediocres, malformando posibles lectores y haciéndoles más difícil llegar a una literatura más ambiciosa aunque no necesariamente elitista.

Yo creo que el truco está en contagiar esa curiosidad por conocer lo otro: personas, lugares, mundos ideas o formas de expresión.

El libro ha sido mi mejor medio de conocimiento y realmente lo amo.