"Despiértese, que es tarde, me grita desde la puerta un hombre extraño. Despiértese usted, que buena falta le hace, le contesto yo. Pero el muy obstinado me sigue soñando."
"¿Quieres soplarme en este ojo? -me dijo ella-. Algo se me metió en él que me molesta.
Le soplé en el ojo y vi su pupila encenderse como una brasa que acechara entre cenizas."Abrazos, queridos lectores.
2 comentarios:
Lobo, yo recomiendo la poesía como microrelato. Una buena estrofa de un buen poema contiene todo un universo de sugerencias. Como alternativa no me parecen mal los microrelatos, desde luego mucho mejores que los rollos de trupecientas páginas.
Un abrazo.
Interesante lo de los microrelatos. Creo que los dos relatos más cortos de la historia son: «Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. » de Augusto Monterroso y « ¿Olvida usted algo? -¡Ojalá! » del escritor méxicano Luis Felipe Lomelí. Yo a mis hijos cuando me piden que les cuente una historia y no hay tiempo siempre les cuento "Fue un zorro a la nieve y se perdió". Diego se agarra unos cabreos memorables....
Un abrazo,
Ramón
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