viernes, 28 de mayo de 2010

Fouché. Stefan Zweig.



Es una de las biografías más famosas escritas por Zweig, quien mantiene el mismo estilo de estudio psicológico del personaje como hace en María Antonieta y en Magallanes, y probablemente en otras que no he leído.

Escrita con verdadera pasión, esta biografía mira al personaje desde dentro. Nos hace ver las cualidades especiales de este intrigador por excelencia y de este superviviente en situaciones límite. De hecho, la mayoría de sus colegas y contemporáneos perdieron la vida guillotinados y él siempre salió bien parado a pesar de enfrentarse con hombres tan poderosos y de carácter tan fuerte como Robespierre, Napoleón, o Talleyrand.

Aparte de la sencillez del lenguaje y de la pasión con la que escribe, la principal contribución de Zweig es, según mi criterio, darnos la oportunidad de conocer a un personaje histórico único, en unos tiempos únicos, que nos hace vivir junto a él y a sus contemporáneos. Las valoraciones que hace de la humanidad y de su marcha me han parecido valiosas.

En definitiva un libro recomendable al que le pondría ****.

1 comentario:

Rafa dijo...

De Fouché, el retrato de un político, tengo un recuerdo extraordinario, y aunque la había leído hacía tiempo, fué a causa de la obra de teatro "La cena" con Carmelo Gomez, como Fouché y Jose María Flotats como Talleyrand, que la volví a releer casi por completo.

Perdonar que me tome la libertad de meter un poco el rollo, pero, la citada obra de teatro, que no es gran cosa, nace de una escena que aparece en las "Memorias de Ultratumba" de Chateaubriand, y a la que también se refiere Zweig como digna de Shakespeare y de Aretino, y retrata muy bien al personaje. Cuenta cómo, después de la derrota de Napoleón en Waterloo en 1815, estando en Neuilly, en un aposento vecino a la cámara de Luis XVIII:
"De pronto ábrese una puerta y entra por ella silenciosamente el vicio apoyado en el brazo del crimen; el cojo Mr de Talleyrand apoyado en Fouché; la visión infernal pasa lentamente ante mis ojos, penetra en la cámara del rey y desaparece: Fouché iba jurar fé y homenaje a su señor; el vasallo regicida, hincado de rodillas puso las manos que hicieron caer la cabeza de Luis XVI entre las del hermano del rey martir; el obispo apóstata (Talleyrand) salió garante del juramento.

Eso y mucho más está en esta estupenda biografía. Suscribo las cuatro estrellas.

Un abrazo, Rafa