El protagonista es un bombero, Guy Montag, que conoce a una chica de 17 años, Clarisse MacClellan, que le descubre que hay algo más que la vida oficial y a la que Montag dice en momento dado: "Piensas demasiado" Montag, tentado por la lectura, acaba robando libros de los incendios....
El estilo es sencillo y lleno de acción. Parece el guión de una película. De hecho John Huston le encargó a Bradbury el guión de Moby Dick.
Uno de los personajes, Faber, un catedrático inglés, dice lo siguiente de los libros: "¿Sabía que los libros huelen a nuez moscada o a alguna otra especie procedente de tierras lejanas? De niño me encantaba olerlos. ¡Dios mío! En aquella época, había una serie de libros encantadores, antes de que los dejáramos desaparecer"
Dice también que los libros tienen que tener tres características: "Calidad informativa, ocio para que la lectura sea agradable y digerible, y libertad para obrar de acuerdo con lo que hayamos sacado en limpio de su lectura."
Entre los hombres que han memorizado algunos libros hay un tal Doctor Simmons que es especialista en Ortega y Gasset¡¡¡¡¡y un pueblo de Maryland en el que sus 27 habitantes "son" los ensayos completos de "un escritor" llamado Bertrand Russell¡¡¡¡
En definitiva, un libro para leer en un par de sentadas en la playa. Le pongo **** 1/4
2 comentarios:
Un libro muy hermoso, que leí allá en el 67 en la edición de Minotauro-Argentina, y que vuelvo a recordar en la más que aceptable versión cinematográfica de Truffaut, que siempre me emociona con la hermosa secuencia final donde vemos a las personas que son la memoria de los libros y cómo los conservan traspasándolos a los jóvenes.
Un abrazo
Rafa
Yo me lo acabo de terminar y también lo recomiendo. Lo leí en inglés y la verdad es que cuesta un poco al principio ya que Bradbury nos lanza de cabeza hacia ese mundo futurista, sin más explicaciones. La secuencia inicial donde se produce el encuentro con la chica es muy onírica, aunque luego la cosa va materializándose en una historia que por momentos me recordaba al mundo de Blade Runner. Tiene elementos comunes con Un Mundo Feliz, que leí hace poco. Ambas obras nos hacen reflexionar sobre el mundo en que vivimos, que no es muy diferente en el fondo del que describe Bradbury en la novela. Todo el tema de las televisiones envolventes, los bólidos, los deportes y demás no deja de ser una expresión del triunfo del entretenimiento sobre la cultura, batalla que se lleva librando desde hace tiempo y donde la cultura lleva las de perder.
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