viernes, 7 de junio de 2013

Antonio Muñoz Molina (1.956). Todo lo que era sólido(Seix Barral-febrero 2.012)

Antonio Muñoz Molina en la Casa de América
Conceden el Premio Príncipe de Asturias de las Letras a Antonio cuando estoy leyendo su libro; qué casualidad.

Un escritor magnífico y un tema muy interesante, la historia reciente de España desde la transición, con la esperanza de un nuevo tiempo y de la incorporación de España a los países democráticos, hasta los tiempos actuales del riesgo de rescate por parte de UE, pasando por el desmadre generalizado de toda la sociedad española con sus políticos al frente, la burbuja inmobiliaria, el desastre económico y financiero, el paro, etc. 

Escrito en 103 capítulos que son como artículos de cualquier periódico pero que en muchos casos están unidos unos con otros y mantienen la línea de la argumentación de Muñoz Molina. La portada de los que tiran de la soga es una imagen del enfrentamiento y las posiciones inamovibles típicos de los españoles.


Escribe como los ángeles con precisión y soltura. La lectura se hace por ello muy atractiva, pues a pesar de que lo que va a decir ya lo ha pensado el lector, este se siente confirmado en su pensamiento por la forma en que el autor escribe y se siente por ello gratificado. Un intelectual que me ha recordado por momentos a  Unamuno, y a Blanco White.

Dentro de la seriedad del tema, cuenta algunas anécdotas jocosas de su estancia en Nueva York como Director del Instituto Cervantes cuando las delegaciones de ayuntamientos, autonomías e incluso del propio Estado español, le invitaban a los eventos que hacían para promocionar sus lugares y sus productos. Un despropósito en la mayoría de los casos.

Una perla:  "Uno de los rasgos más sorprendentes de la innumerable clase política española es la conformidad. Los dirigentes de cada partido son reelegidos una y otra vez con unanimidades norcoreanas"

Se leen con mucho interés sus 250 páginas. Le pongo **** 1/2

2 comentarios:

Rafa dijo...

Justo con el libro recién comprado vi que habías hecho una entrada en el blog, y evitando influencias he esperado a terminarlo para leer tu comentario, que suscribo totalmente.
Esta autor que he ido leyendo casi todo lo que ha publicado, me ha seducido por su categoría humana e independencia intelectual así como el enorme encanto de su escritura.
Un brazo
Rafa

Juan dijo...

Le he hecho caso a Diego y he acertado (lo que demuestra la utilidad de nuestro blog). Al autor le sigo a través de sus artículos en Babelia de El País. Tengo que reconocer que me gusta más en su faceta de comentarista que en la de novelista. En su día leí “El jinete polaco”, y me aburrió.
El ensayo que nos ocupa (si se puede llamar así) es un deshago escrito con la mano izquierda, pero está bien hecho. No cae en sectarismos, ni en descalificaciones. Como tantos cincuentones parece echar en falta aquellos felices tiempos en que todos estábamos contra Franco. Algunas de las anécdotas que cuenta son gloriosas. Particularmente os recomiendo las relativas a la “conquista” de Nueva York por parte de algunos próceres autonómicos.
Juan