Estamos
en algún lugar del Ártico, y en un futuro algo lejano ya que se habla con
familiaridad de los viajes espaciales. Sin embargo la ciencia ficción no es
esencial en esta novela que sigue la narración en primera persona de cuatro
personajes:
El cazador Isaac Ericsson-Vargas, que con el
millonario Lowska esperan en un puesto la
pasa de millón y medio de renos (como las palomas de Roncesvalles);
El satisfecho y eficaz ingeniero jefe de un
yacimiento de litio, Stefano Lenz, apasionado por los músicos románticos:
Schubert, Berlioz, Schumann y los libros de ciencia, y educador peculiar de sus
dos hijos;
Solange Heddar, su bella esposa, harta de
aburrirse con él y Dulcinea del Capitan Mallent Des Près, que perdió tres
barcos y cuyas cartas a Solange son muy divertidas, aunque su verdadero idilio lo
tenga con su hermano gemelo y pintor maldito Anselm Des Près, consumido por su
lucha constante contra las migrañas;
Y por último el relato del hombre que destruyó
la Abadía de
Isenheim, y combatió contra los androides iconoclastas.
Aparte
del encuentro de Solange con Anselm en Sitka, que tiene un ritmo más lento, las
dos partes de la novela son apasionantes y de una tensión creciente.
Nuestro
autor utiliza con gran soltura los géneros de la novela de aventuras, gótica, ciencia-ficción y con ironía censura
los desmanes cinegéticos, el papanatismo del arte, las inhabitables ciudades y
no evita la digresión filosófica o religiosa.
Lo
he pasado muy bien y agradezco a Diego la información de la aparición de este
libro, por cierto bien editado por los aragoneses Jekyll & Jill.
Le he puesto XXXX y está a vuestra disposición.
Le he puesto XXXX y está a vuestra disposición.
Rafa