lunes, 28 de abril de 2008

Javier Marías miembro de la Real Academia de la Lengua

Ha entrado a ocupar el sillón "R" que dejó vacío Fernando Lázaro Carreter a quien recuerda en su discurso de entrada por, entre otros, los trabajos de "El dardo en la palabra".

En su discurso, que os recomiendo, hace Marías una apología de los relatos de ficción frente a las crónicas de hechos. Explica la dificultad que encuentran los autores de crónicas en el propio lenguaje y en la subjetividad del escritor, frente a la libertad del escritor de ficción. Acaba diciendo que:... "seguramente seamos los únicos que podemos contar sin atenernos a nada y sin objeciones ni cortapisas, o sin que nadie nunca nos enmiende la plana ni nos llame la atención y nos diga: "No, esto no fue así""

http://www.elpais.com/elpaismedia/ultimahora/media/200804/27/cultura/20080427elpepucul_1_Pes_PDF.pdf

Entre los cronistas menciona a Bernal Díaz del Castillo cuya "Historia verdadera de la conquista de la Nueva España" es de lectura obligatoria, pues se puede leer como un documento histórico o como una novela.

De Marías leí en su día "Corazón tan blanco" y no me dejó impresiones indelebles.

Tengo pendiente a Juan Gelman del que he hecho una recopilación de poemas que os enviaré un día de estos.

Diego

2 comentarios:

Rafa dijo...

No he leído el discurso, pero espero poder leerlo.

Marías es un autor ensimismado o que se "ensimisma" en sus novelas: detiene la acción o la alarga de tal modo que llegas a perder toda noción del tiempo.

En la segunda parte de su reciente trilogía: la caída de una espada sobre la cabeza de un agregado de la embajada española en Londres dura más o menos 100 páginas.

Hasta ahora lo ha conseguido, incluso alargando mas los tempos en cada nueva novela. Pero creo que está a punto de romper el encanto de un estilo que requiere gran precisión para no caer en el aburrimiento o en el ridículo (Antonioni y tantos otros).

Rafa

Rafa dijo...

He leído el discurso y me ha parecido estupendo y muy divertido.

Merece realmente la pena, aunque sea ingrato leer en una pantalla.

Un abrazo

Rafa