Antes solía dejar para esta fechas los libros de gran tonelaje, ahora es la mesilla, un artículo de periódico o una recomendación lo que me hace entrar en un libro.
Las representaciones de Almagro llaman a gustar de los clásicos españoles. No pudiendo asistir , he leído "Fuenteovejuna" y "La vida es sueño", pero bien sea por el animado diálogo de muchos personajes en la de Lope o por los extensísimos monólogos en la de Calderón, su lectura ha sido difícil y habrá que esperar la oportunidad de disfrutarlas en escena.
Vargas Llosa es un autor que aprecio mucho y no había leído "Lituma de los Andes". Creo que recibir el premio Planeta es una maldición insuperable.
El suplemento cultural de El Pais hacía una buena crítica de un libro reciente del irlandés Niall Williams, reseñando , sin embargo, que era inferior a su obra maestra "Como en el cielo". Este último estaba en casa sin leer desde el 93, y la verdad es que es una novela de amor espectacular, y que es muy bonita o muy cursi según te pille. Yo he pasado por ambos trances y a mi entender gana lo sublime sobre el tocino de cielo.
He continuado los Episodios de Perez Galdós, el sitio de Gerona y su capítulo en el reino de la ratas resulta terrorífico y muy bien escrito.
Las Olimpiadas me han llevado a releer "La importancia de vivir" de Lin Yutang , libro delicioso que poco tendrá que ver con la realidad china actual, pero cuya lectura sigue siendo una gozada.
En Cámara encontré la edición inglesa del último Auster, "Hombre en la oscuridad", que se publica en castellano esta semana. Es un libro con pocas y desordenadas ideas, que produce desasosiego y hace pensar que su autor está dando a luz libros con una urgencia excesiva y con
escaso rigor.
Lo mejor de Agosto ha sido una novela corta (120 pag) de Alan Bennett, publicada en Anagrama y titulada "Una lectora nada común". Es estupenda y creo que el que la lea pasará un buenísimo rato. Hacedme caso y disfrutarla.
Un abrazo y hasta pronto
1 comentario:
Estoy de acuerdo contigo en que leer a los clásicos españoles no es cuestión baladí. Quizás sea debido a la falta de uso del castellano de la época. Me ha dejado mi hermano Asís "Bomarzo" de Manuel Mújica Laínez, cuyo castellano es de gran riqueza y muy placentero, y del que haré una crítica cuando lo acabe.
Me apunto la de Lin Yutang "La importancia de vivir", y la de Alan Bennett. La primera quizás me ayude en esa búsqueda de algo que probablemente no encontraré; lo bello es el juego, no el resultado.
Un abrazo
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