Acaba
de editar Anagrama la última novela de Martin Amis, Lionel Asbo El estado de Inglaterra. Las reseñas alaban el libro y destacan
que el autor vuelve a sus orígenes, cuando publicó Campos de Londres.
De
Amis he leído cosas muy buenas como Dinero,
y muy aburridas como La información.
El comentario al nuevo libro me ha animado a leer Campos de Londres, que llevaba años “sin caso” en la biblioteca.
Escrita
en 1989, Amis sitúa la acción en 1999 terminando el milenio en un Londres
tenebroso y decadente, al que parece amenazar un desastre ecológico. A esta
ciudad llega Sam Young, novelista americano gravemente enfermo, con la intención
de escribir una novela sobre un asesinato, asesinato que aún no se ha producido.
Nos
presentará a la futura víctima: la bellísima Nicola Six, fría y manipuladora y a
su o sus asesinos: el estafador y jugador de dardos Keith Talent y el squire,
bien educado e ingenuo, Guy Clinch.
Amis
da vida con maestría el ambiente cutre de la pub The Black Cross de
Portobello Road frecuentada por Keith, y hace bocetos de muchos personajes,
algunos divertidos como Marmaduke, hijo de Guy, que aún gatea, y es el terror
de sus padres y de sus niñeras, que casi nunca superan una jornada de trabajo. Pero,
las situaciones se repiten, volvemos al mismo triángulo, a los mismos lugares y
la novela no despega y sus 570 páginas terminan pesando.
Creo
que lo he comentado en otras ocasiones que no me divierte nada hacer una entrada
de un fracaso, ya que creo que es eso, algo que no he sabido apreciar y que
quizá en otro momento o en otras circunstancias hubiera tenido otros resultados.
Le
he puesto XX1/2 y está a vuestra disposición.
Rafa
1 comentario:
Tienes razón en tu comentario sobre que las circunstancias personales en las que leemos los libros influyen en nuestra apreciación de sus calidades, aunque normalmente si no te ha gustado me temo que no te acabaría gustando en otras circunstancias. ¡Qué pereza tener que enfrentarse a 570 páginas de nuevo!
Algunos lectores han comentado que somos demasiado benévolos en nuestras calificaciones y quizás tengan razón, por eso viene bien de vez en cuando incluir aquellos libros que no nos han gustado.
Un abrazo.
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