Fiel a este prolífico autor acabo de terminar este, su nuevo
libro, que curiosamente se ha publicado en España antes que en América.
Auster cada cierto tiempo deja sus ficciones y se pone a hablar
de si mismo o de su familia. El resultado es ameno y, en general, muy
recomendable.
El primer libro de recuerdos es La invención de la soledad (1982), sobre su padre y el homicidio de
su abuelo por su abuela. Después El cuaderno
rojo (1992) en que el azar y las coincidencias cobran total protagonismo. A salto de mata (1997), sobre sus años
de entrada en la literatura y en la vida. Experimentos
con la verdad (2000) un refrito de Anagrama de: notas, pequeños ensayos,
entrevistas y artículos, con el agravante que la primera parte del libro era el
citado Cuaderno Rojo. Y ahora le ha
tocado hablar de las cicatrices de su cara, de las casas donde ha vivido, de su
mujer, la excelente escritora Siri Hustvedt, con la que se casó en 1981 y de su
madre entre otras semblanzas de este Diario
de Invierno.
Habla ya antes de
que sea demasiado tarde, y confía luego en seguir hablando hasta que no haya
más que decir. Después de todo. Se acaba el tiempo. Quizá sea mejor que de
momento dejes tus historias a un lado y trates de indagar lo que ha sido vivir
en el interior de este cuerpo desde el primer día que recuerdas estar vivo
hasta hoy.
Joseph Massot, en su entrevista a Auster, resalta la
utilización narrativa en segunda persona, el Tú,
”porque para que hubiera un diálogo entre mi Yo y lo que
le pasa a mi Yo, necesitaba una
distancia. Si miras demasiado cerca un objeto, no lo ves, y aunque con la
primera persona sin duda hubiera dado más intensidad a la narración, necesitaba
alejarme un poco para ahogar la vanidad y tener los pies en tierra. Me he
observado a mi mismo desde fuera como un ratón de laboratorio, en el sentido de
que puedo ser un ejemplo de mi especie y los lectores pueden verse reflejados
en lo que me ha pasado a mí”.
Sin embargo el libro apenas contiene hechos dramáticos, bien
al contrario es leve, fluido y con encanto, aunque esa facilidad a veces se
hace excesiva y abruma.
Le he puesto xxx1/2 y no está a vuestra disposición porque lo he leído en el Kindle.
Rafa