Novela mítica de este joven Camus, Premio Nobel de
Literatura 1.957, que generó una gran polémica entre los lectores por su
contenido y por su forma. Desde la primera frase: “Hoy ha muerto mamá” hasta el
final, el protagonista Meursault, nos va describiendo su vida y lo que él
piensa y siente con un lenguaje escueto
y simple, y sin embargo rico e inquietante.
Su lectura me ha vuelto a hacer recapacitar
sobre la condición huma. El paso del tiempo desde que se escribió en 1.940, no
ha hecho mella en sus valores literarios y humanos.
La sorpresa para el lector es enfrentarse a un hombre que
carece de respetos humanos y de convenciones sociales y que piensa y actúa de
manera natural y sin condicionamientos de ningún género. Meursault solo
disfruta de la naturaleza, de los olores, paisajes, sabores, sensaciones. A
pesar de esta falta de emotividad, Meursault consigue que en cierto modo nos identifiquemos con
él y que finalmente sintamos piedad por su destino.
Dice Mario Vargas Llosa en el comentario al libro, cuyo
enlace os adjunto, lo siguiente: «El héroe del libro es condenado porque no
juega el juego…, porque rechaza mentir. Mentir no es sólo decir lo que no es.
También y sobre todo significa decir más de lo que es, y, en lo que respecta al
corazón humano, decir más de lo que se siente. Esto es algo que hacemos todos,
a diario, para simplificar la vida. Meursault, contrariamente a las
apariencias, no quiere simplificar la vida. Él dice lo que es, rehusa
enmascarar sus sentimientos y al instante la sociedad se siente amenazada… No
es del todo erróneo, pues, ver en El extranjero la historia de un hombre que,
sin actitudes heroicas, acepta morir por la verdad.»
El libro es muy corto, apenas 150 páginas de esta edición de
bolsillo, pero muy intenso. Le doy la nota
máxima.
1 comentario:
Lo leí, hace mil años,cuando era joven, me acuerdo que me inpactó.Me apetece muchisimo volver a leerlo, despues de tus comentarios y de la nueva perpectiva que me dá mi edad.
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