… ¿podría ser también
que cada vez te vas adentrando más, que…tienes la sensación de que vas
penetrando más en el alma de un país, y que en este país hay algo que no
pudiste encontrar jamás en ningún otro, con todo lo que has viajado? Cuarenta
años dura esta historia, es la línea más constante de mi vida junto con la
escritura. Y es físico, un año sin el vacío de este país, sin los colores de la
tierra y las rocas, es un año perdido.
… Quizá sea lo que más se parece a una historia de
amor, con todo lo inexplicable e indescifrable que forma parte de ellas.
Así
inicia, este autor holandés, el último capítulo de este libro, que dedica a un
viaje a Santiago de Compostela, y que no mantendrá la línea recta y que la
palabra camino no significará otra cosa que desvío, el laberinto eterno hecho
por el propio viajero que siempre se dejará tentar por un camino lateral, y por
el camino lateral de ese camino lateral…
Los
veinticinco capítulos del libro están fechados, iniciándose el viaje en 1979 y
terminando en 1992.
Ese
camino lateral es una digresión constante y gozosa sobre cualquier tema que
aborda: las iglesias románicas, Homero y la Odisea , los Habsburgo y Velázquez, ETA y Creonte, Castilla, Zurbarán, Asturias y sus reyes, los Taifas, Don Quijote, Pizarro, los
Comuneros, Beato de Liébana, el latín y el griego clásicos y muchas más cosas.
Este
libro, que adquirí hace veinte años ha vuelto a ser actual porque su autor,
casi menorquín de adopción, figuraba en las listas de candidatos al Nobel.
La
traducción de Julio Grande es excelente. Le
he puesto XXXX1/4 y está a vuestra disposición
Rafa
1 comentario:
Qué apetecible.
Quizás lo tenga que pedir prestado...
Un abrazo.
Diego
Publicar un comentario