Es lo
primero que leo de esta autora canadiense Premio Nobel de Literatura 2.013 y el
Booker Prize International, una de cuyas especialidades son los relatos cortos.
La primera
impresión es la profesionalidad de su escritura. Escribe muy bien esta señora.
Los relatos me han parecido pequeñas novelas en las que la autora no tiene
tiempo para andarse por las ramas y va directamente al grano. Son como un
disparo, todo pasa muy rápido. Viaja en el tiempo con mucha facilidad pero sin
complicarle la vida al lector.
Sus protagonistas son casi siempre mujeres que
viven en pequeños pueblos de la provincia de Ontario, o en casas alejadas del centro de estos pueblos,
aisladas, con pocas relaciones sociales. En muchos casos estas mujeres tienen
personalidades complejas y sus casos parecen sacadas de algún semanal de
sucesos pues en muchos hay una cierta crueldad, violencia, y venganza, y en la
mayoría de los casos tristeza y soledad.
Viéndole en esta foto sonriente nadie diría que sus obras puedan encerrar tristeza y melancolía.
El último
relato “Demasiada felicidad”, tiene 61 páginas de las 335 del libro, y es una
novela corta que tiene muchos alicientes pues la protagonista es una joven rusa
nacida hacia 1850 que estudia matemáticas, viaja por toda Europa, y consigue
una cátedra de su especialidad en la Universidad de Estocolmo. Entre los personajes
que conoce y con los que tiene relación está Henry Poincaré, el de la famosa
conjetura. Aparece también en el relato el propio Fiodor Dostoievski.
Le pongo ***
½