viernes, 20 de junio de 2014

Erasmo de Rotterdam: Trinfo y tragedia de un humanista. (1934). Stefan Zweig (1888-1942) ****


Erasmo por Holbein

Lutero por Cranach
Apasionada apología de la figura de este humanista que Zweig hace suyo y con el que comparte los fines y los medios esto es, la unidad de Europa como reserva espiritual del mundo, y la espiritualidad frente a la acción.

Biografía apasionada. Zweig usa la confrontación de Erasmo con Lutero y la actitud beligerante de este, para presentarnos al que él considera como el colmo de la perfección espiritual, intelectual, y ética. Se publica a mediados de los años 30 del pasado siglo cuando el nazismo incendiaba Europa.

Una buena oportunidad de repasar una época histórica de grandes cambios y de gran relevancia para Europa y para la Iglesia Católica cuya decadencia está en el origen de la llegada de Lutero,  vista desde la perspectiva de un escritor comprometido con la Iglesia Católica y con las ideas de modernización de la humanidad, quien pone como modelo a Erasmo con el que se identifica tanto que al final da la sensación de que es el mismo Erasmo quien escribe su biografía. Nos presenta a un Erasmo que no quiere comprometerse con ninguna de las posiciones a pesar de las presiones que sufre, y que trata de componer y argumentar, un dique muy débil para contener las avenidas de la violencia.

Stefan Zweig sonriente
Zweig es un especialista en biografías y en este blog hay varios ejemplos de ello. En España la editorial Acantilado se ha especializado en este autor. No tiene más de doscientas páginas y es de esos libros de los que te cuesta levantar la vista.


He leído esta biografía impulsado por haber visto en la sección de libros de The Economist que se ha publicado en inglés una biografía de Stefan Zweig que tiene muy buena pinta y en cuya crónica se menciona entre otras esta biografía de Erasmo que no había leído. The Impossible Exile: Stefan Zweig at the End of the World. By George Prochnik. Other Press; 390 pages; $27.95

1 comentario:

Rafa dijo...

Siguiendo tu recomendación acabo de terminar este magnífico libro en una edición de Editorial Juventud de 1937 de la biblioteca de mi padre, con una traducción, por cierto, muy apasionada y sugestiva de Ramón Mª Terneiro.
Me ha encantado, como también lo hizo Fuché y Los momentos estelares.
Un abrazo
Rafa