Erasmo por Holbein |
Lutero por Cranach |
Apasionada apología de la figura de este humanista que Zweig
hace suyo y con el que comparte los fines y los medios esto es, la unidad de
Europa como reserva espiritual del mundo, y la espiritualidad frente a la
acción.
Biografía apasionada. Zweig usa la confrontación de Erasmo
con Lutero y la actitud beligerante de este, para presentarnos al que él considera como
el colmo de la perfección espiritual, intelectual, y ética. Se publica a
mediados de los años 30 del pasado siglo cuando el nazismo incendiaba Europa.
Una buena oportunidad de repasar una época histórica de grandes cambios y de gran
relevancia para Europa y para la Iglesia Católica cuya decadencia está en el
origen de la llegada de Lutero, vista desde la perspectiva de un escritor
comprometido con la Iglesia Católica y con las ideas de modernización de la
humanidad, quien pone como modelo a Erasmo con el que se identifica tanto que al
final da la sensación de que es el mismo Erasmo quien escribe su biografía. Nos
presenta a un Erasmo que no quiere comprometerse con ninguna de las posiciones
a pesar de las presiones que sufre, y que trata de componer y argumentar, un
dique muy débil para contener las avenidas de la violencia.
Stefan Zweig sonriente |
Zweig es un especialista en biografías y en este blog hay
varios ejemplos de ello. En España la editorial Acantilado se ha especializado
en este autor. No tiene más de doscientas páginas y es de esos libros de los
que te cuesta levantar la vista.
He leído esta biografía impulsado por haber visto en la
sección de libros de The Economist que se ha publicado en inglés una biografía
de Stefan Zweig que tiene muy buena pinta y en cuya crónica se menciona entre
otras esta biografía de Erasmo que no había leído. The Impossible Exile: Stefan Zweig
at the End of the World. By George Prochnik. Other Press; 390 pages;
$27.95
1 comentario:
Siguiendo tu recomendación acabo de terminar este magnífico libro en una edición de Editorial Juventud de 1937 de la biblioteca de mi padre, con una traducción, por cierto, muy apasionada y sugestiva de Ramón Mª Terneiro.
Me ha encantado, como también lo hizo Fuché y Los momentos estelares.
Un abrazo
Rafa
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