domingo, 1 de junio de 2014

La rubia de ojos negros (2014) de Benjamin Black (1945)


A Marlowe le gustan las rubias, quizá porque le resultan muy peligrosas.
En su estupendo libro, penúltimo de la serie y publicado en 1952, El Largo adiós, nos describe a Eileen Wade y divaga sobre ellas.

Era esbelta y bastante alta…su pelo era rubio pálido, como el de una princesa de cuento de hadas,…La miré fijamente. Me pescó mirándola. Levantó la mirada un centímetro más y yo ya no estaba allí. Pero estuviese donde estuviese, estaba conteniendo la respiración.
Hay rubias y rubias. Todas las rubias tienen sus puntos… Está la rubia mona que habla como un pájaro y está la rubia estatuaria... La rubia que mira de pies a cabeza, que huele maravillosamente y que se cuelga del brazo y siempre está muy, muy cansada… Y también estaba la rubia blanda y alcohólica que no le importa lo que lleva mientras sea visón…La rubita pequeña que es una compañera y siempre quiere pagar su parte, que está llena de sol y sentido común…La rubia pálida, pálida con anemia, no fatal, pero si incurable, lánguida y llena de sombras y no se le pone un dedo encima, primero porque uno no tiene ganas y segundo porque está leyendo El paraíso perdido o Dante en el original, o Kafka o Kierkegaard…Y por último , la maravillosa pieza de museo que se casa con un par de millonarios…y termina con una villa color de rosa en Cap d’Antibes.

Benjamín Black es el seudónimo con el que John Banville ha publicado varias novelas policíacas protagonizadas por el Dr. Quirke, y en esta ocasión se lanza a contarnos magníficamente una nueva investigación de Marlowe que como anuncia su título trata de otra rubia. 

Era más alta de lo que me había parecido desde la ventana, alta y delgada, con hombros anchos y elegantes caderas. Mi tipo, en otras palabras…una nariz preciosa, aristocrática…una bonita sonrisa, cordial de momento y ligeramente ladeada, que le daba un atractivo aire burlón. Era rubia, con los ojos negros, negros y profundos como un lago de montaña…Una rubia de ojos negros no es muy frecuente...

La historia se sitúa después de El largo adiós y antes de Playback, última novela de Chandler, que escribió partiendo de un par de guiones, que no se llevaron al cine, y que termina, contrariando a muchos, con el de Marlowe al matrimonio con la millonaria Linda Loring.

Ha habido otros intentos de dar vida a este personaje. Robert B. Parker, prestigioso autor policíaco, tomó el borrador de los cuatro primeros capítulos de una novela empezada por Chandler poco antes de su fallecimiento en 1959: Poodle Springs (1989). Nuestro detective está casado y la novela no funciona.
Este mismo autor volvió a tratarlo con Perchance to dream (1991), que es una continuación de The big sleep, y que tampoco funcionó.        

Black, sin embargo, consigue dar con el verdadero Marlowe y te hace pasar un buen rato. Le he puesto xxxx y está a vuestra disposición, así como todas las novelas de Chandler y de Parker, sobre este detective.


Rafa  

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