jueves, 30 de julio de 2015

Juan de Mairena (1.936) Antonio Machado (1,875-1.939)

El título del libro es: Juan de Mairena (sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo), que define muy bien el contenido de este libro apócrifo. “La razón o la excusa de este Machado travestido en Mairena fue sin duda la dificultad para explicarse a sí mismo….tal vez la imposibilidad o el miedo de llegar a esa profuniddad del yo y la conciencia de ello” Pablo del Barco.

Vamos, que Don Antonio decide usar a “otro” para poder explicar su filosofía y hacerlo de una manera amable y sencilla, y con mucho sentido del humor lo cual no reduce en nada la importancia de la forma de pensar de este hombre. Escrito sin pretensión, aunque no sin fondo.
El libro se publicó en 1.936 aunque el autor lo vendría escribiendo hace tiempo.

Juan de Mairena: “Nacido en Sevilla en 1865. Su biógrafo y presunto creador, Antonio Machado, lo describe como "poeta, filósofo, retórico e inventor de una Máquina de Cantar", y lo presenta como alumno de otro autor apócrifo, el maestro Abel Martín, también sevillano, nacido en 1840 y fallecido en Madrid en 1898” (Wikipedia)

Juan de Mairena proyectó fundar en Sevilla una Escuela Popular de Sabiduría Superior algunas de cuyas enseñanzas os copio aquí:

“Al hombre público, muy especialmente al político, hay que exigirle que posea las virtudes públicas, todas las cuales se resumen en una: fidelidad a la propia máscara. Decía mi maestro Abel Martín –habla Mairena a sus discípulos de Sofística – que un hombre público que queda mal en público es mucho peor que una mujer pública que queda mal en privado. Bromas aparte – anadía-, reparad en que no hay lío político que no sea un trueque, una confusión de máscaras, un mal ensayo de comedia, en que nadie sabe su papel.

            Procurad, sin embargo, los que vais para políticos, que vuestra máscara sea, en lo posible, obra vuestra; hacéosla vosotros mismos, para evitar que os la pongan- que os la impongan – vuestros enemigos o vuestros correligionarios; y no la hagáis tan rígida, tan imporosa e impermeable que os sofoque el rostro, porque más tarde o más temprano, hay que dar la cara”

“Recordad el proverbio de Castilla: “Nadie es más que nadie”. Esto quiere decir cuanto es difícil aventajarse a todos, porque, por mucho que un hombre valga, nunca tendrá valor más alto que el de ser hombre”

“Yo siempre os aconsejaré que procuréis ser mejores de lo que sois; de ningún modo que dejéis de ser españoles”

¡Quien fuera diamante puro!
– dijo un pepino maduro.
Todo necio
confunde valor y precio.

“¡Un hombre que escucha!...Todos mis respetos”


Se lo voy a regalar a mi hermano Tomás que cumple años uno de estos días para que disfrute lo que yo he disfrutado de un libro que es un clásico, que son aquellos libros por los que no pasa el tiempo.

2 comentarios:

Rafa dijo...

Juan de Mairena es mi libro de cabecera, que voy leyendo en pequeñas diócesis y al que siempre acudo, buscando en sus acogedoras páginas, el humor y la frescura tan escaso en otras fuentes.
Imagino, que si algún día lo termino, volveré a empezarlo de nuevo.
Gracias por la entrada y un fuerte abrazo
Rafa

Diego dijo...

Me alegro de que compartas mi querencia por este libro. Don Antonio acertó al usar a Juan de Mairena para mostrar sus ocurrencias.
Esta forma de escribir tiene la ventaja de que puedes leer el libro en pequeñas "diócesis" sin perder por ello el hilo del pensamiento del escritor. Lo mismo le sucede a Montaigne con sus "Ensayos", y a Iñaki Uriarte con sus "Diarios".
Un abrazo.
Diego.