jueves, 20 de agosto de 2015

Fernando Villalón (1.881-1.930) Poesías completas (1.998) Edición de Jacques Issorel



Copio aquí lo que está escrito en el dorso de esta magnífica edición de Cátedra-Letras Hispánicas que creo que recoge perfectamente quién era este poeta desconocido para muchísimos amantes de la poesía. Tuvo el hombre la mala suerte de caer en una época en la que escribían poetas tales como Juan Ramón Jiménez, Miguel de Unamuno,  Antonio Machado, Rafael Albrti, Federíco G. Lorca, por mencionar solo unos pocos.

Fernando Villalón nació en Sevilla en 1.881 en el seno de una familia aristocrática de Morón de la Frontera. Desde joven se complace en la compañía de mayorales, gañanes y mozos de cuadra, le atraen más el campo y las correrías a caballo que los estudios de derecho que abandona sin conseguir el título de licenciado. Personaje extraordinario, a quien rodeó de misterio su afición al ocultismo, al espiritismo y a la teosofía, murió prematuramente sin que le diera tiempo a afirmar su presencia en el mundo literario, de manera que el Villalón personaje pintoresco prevaleció sobre el Villalón poeta. Como urgido por el tiempo, Villalón produjo en el breve espacio de unos años una obra en la que pasó con naturalidad de un estilo poético a otro, de versos modernistas a verso libre, del soneto y la décima a la poesía surrealista, del romance histórico a la poesía cosmogónica. Una obra variada y coherente, que esta edición recoge completa, y que hace de él uno de los más genuinos exponentes de la generación del 27”


Mi padre recitaba de memoria algunos de los versos de “Romances del 800”, espléndidos, como cuadros de la época de los pintores folclóricos andaluces.. Para muestra el 825 que hay que leer con aires andaluces:


825

I
Diligencia de Carmona,
la que por la vega pasas
caminito de Sevilla
con siete mulas castañas,
cruza pronto los palmares,
no hagas alto en las posadas,
mira que tus huellas huellan
siete ladrones de fama.
Diligencia de Carmona,
la de las mulas castañas.

II
Remolino en el camino.
Siete bandoleros bajan
de los alcores del Viso
con sus hembras a las ancas.
Catites, rojos pañuelos,
patillas de boca de hacha.
Ellas, navaja en la liga;
ellos, la faca en la faja;
ellas la Arabia en los ojos,
ellos el alma a la espalda.
Por los alcores del Viso.
siete bandoleros bajan.

III
Siete caballos caretos;
siete retacos de plata;
siete chupas de caireles,
Siete mantas jerezanas.
Siete pensamientos puestos
en siete locuras blancas.
Tragabuches, Juan Repiso,
Satanás y Mala-Facha
José Candio y el Cencerro
y el capitán Luis de Vargas,
de aquellos más naturales
de la vega de Granada.
Siete caballos caretos
los Siete Niños llevaban.

IV
Echa vino, montañés,
que lo paga Luis de Vargas,
el que a los pobres socorre
y a los ricos avasalla.
Ve y dile a los milicianos
que la posta está robada
y vamos con nuestras novias
hacia Écija la llana.
Echa vino, montañés,
que lo paga Luis de Vargas

Aunque solo fuera por estos “Romances del 800” merecería la pena leer a Villalón.

El resto de su obra poética son “Andalucía la baja” y “La toriada”  Para una lectura, no solo con armonías musicales, palmas, y cantares, si no también con poemas de más enjundia. Yo suelo abrir de vez en cuando el libro y leer alguno de los poemas que tengo subrayados. Disfruto.


Espero que os hayáis hecho una idea sobre este hombre que podría haber sido torero,o bandolero, y que quizás nació un poco tarde….y que os animéis a leer alguno de sus poemas.

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