Se está representando en Madrid la obra teatral “El diccionario” de Manuel Calzada basada en la vida de María Moliner autora del Diccionario del uso del Español,
diccionario imprescindible para cualquiera que quiera conocer bien nuestra
lengua y su buen uso.
Aprovecho la ocasión para hacer una apología de este diccionario que
tiene la característica de que se puede leer por el simple placer de hacerlo. No
digo nada del fin para el que fue escrito, que
no es otro que consultar las palabras y expresiones de nuestra lengua.
Decía Gabriel García Márquez lo siguiente: “Moliner hizo una proeza con muy
pocos precedentes: escribió sola, en su casa, con su propia mano, el
diccionario más completo, más útil, más acucioso y más divertido de la lengua
castellana”
Tanto María como
su marido fueron represaliados después de la guerra civil y luego rehabilitados
en 1.946. María ejerció como
bibliotecaria de múltiples bibliotecas entre ellas la de la “Escuela Técnica Superior de Ingenieros
Industriales de Madrid”, donde aprendió el significado de palabras como “Entropía” y “Entalpía”, lo cual tiene
su mérito.
En sus últimos años sufrió una arterioesclerosis cerebral
que hizo que fuera olvidando las palabras que tanto amó. Este hecho y la
injusticia de que no le hicieran miembro de la Real Academia de la Lengua es lo que animó a Calzada a escribir esta obra.
Sobre la injusticia de la R.A .E. dice Gabriel García Márquez:
“Pero los muy señores académicos no se atrevieron a romper su venerable
tradición machista. Ella se alegró, porque le aterrorizaba la idea de
pronunciar el discurso de admisión. ‘¿Qué podía decir yo’, dijo entonces, ‘si
en toda mi vida no he hecho más que coser calcetines?”
Es un magnífico regalo para estas navidades sin pesebre. La edición de la editorial Gredos del año 1.966-67 es la única que reconoció María. Yo tengo una edición de esta
misma editorial del año 1.992.
1 comentario:
Ayer, 19 de diciembre de 2.013, vimos en el Arriaga la obra de teatro. Magnífica obra y con una actriz, Vicky Peña, que me recordará siempre a María Moliner, esa gran señora de la lengua española.
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