Esta
es la primera novela de este autor extremeño, que ha sido o está siendo editada en
trece países, entre ellos Inglaterra, Italia y Alemania, y supongo, con gran
agobio de los traductores, pues la riqueza y belleza de su vocabulario, hace
que sea aún más grata la lectura de esta apasionante historia.
El
argumento es sencillo pero enriquecido, sin caer en ninguna exageración
barroca, por la vida que tienen los paisajes naturales del llano, los
árboles y las matas, los animales vivos y muertos, los olores silvestres
y humanos, sus quemaduras y heridas, que añaden gran fuerza dramática al relato.
La
historia se inicia con un niño que huye, sin causa conocida. Tampoco tenemos
clara noticia de donde se desarrolla la acción, ni cuando, pero nada de esto es
necesario. El número de personajes es muy reducido: el niño y el viejo pastor
(aunque parezcan reclamarlo, no están en una novela picaresca), el alguacil, el
cojo y un secundario sin relieve, se verán inmersos en ese árido paisaje con pueblo abandonado (tampoco estamos
en una novela del Oeste, aunque su espíritu no le es ajeno) que es también otro
personaje y que por su dureza, será actor esencial en la formación del
protagonista.
La
novela tiene 220 páginas, y da gusto decir que los estupendos calificativos que recibe en las
solapas del libro son ciertos y os la recomiendo. Le he puesto XXXX1/4 y está a vuestra disposición.
Rafa
4 comentarios:
No conozco a este autor pero tu comentario suena muy poético. Me gusta la recomendación.
Diego
Vi en TVE2 que es uno de los libros de ficción más vendidos la semana pasada.
No puedo estar más de acuerdo con los comentarios de Rafa en el Blog. Un libro excepcional y un placer leer un castellano tan pictórico y tan lleno de aromas, olores, aires, sequedades, miedos y violencia.
Lo he leído en un suspiro y de vez en cuando he tenido que levantar la vista para librarme de la sequedad y aspereza que se me estaba metiendo en el cuerpo.
Sensacional. Gracias, Rafa.
He leído la novela de Jesús Carrasco y me ha gustado. Como muy bien dice Rafa, el gran protagonista de esta desmesurada historia es el paisaje. Un paisaje que nos recuerda a algunos secarrales del sur de España y a algunas profecías sobre el calentamiento global.
La novela tiene, a mi entender, ecos de Cormac McCarthy y Coetzee. De este último, en concreto, me ha recordado la también desmesurada historia de Vida y época de Michael K. En el libro de Carrasco la trama es, sin embargo, mucho más simple, apenas ocurre nada. Aun así, la novela tiene garra.
Me ha llamado la atención la cantidad de palabras propias del mundo rural que desconocía, he tenido que echar mano de diccionario continuamente. Me ha venido a la meoria una profecía de Delibes, que venía a decir algo así como que el auge de la cultura urbana acabará haciendo que sus nietos no entiendan la mitad de las palabras que aparecen en algunas de sus novelas.
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